Ignacio volvió con su mujer e hijos porque era lo que debía hacer, pero han pasado diez años y necesita saber qué queda de la relación truncada con Dana. Un buen día, harto de la atonía cotidiana, en vez de coger un avión de regreso a casa, decide volver a Roma, la ciudad en la que Dana ha intentado rehacer su vida...
En este mes de marzo me propuse leer libros escritos por autoras (mujeres) que quizás no fueran tan conocidas o sonadas... y gratamente quede sorprendida de esta historia... resalto la cantidad de afirmaciones/ reflexiones que pude sacarle a esta lectura (casi que me quedo sin post-it).. jejeje... y el final nada predecible... me gusto bastante!! Y no le di el 5... porque me hubiese gustado el final predecible.. jajajajaja pero bueee...
Hay lágrimas que curan. Se parecen a la lluvia, que limpia las fachada de las casas, que se lleva el barro, la suciedad.
Querría vivir como ella, con los ojos medio cerrados, para que la luz de la calle no nos haga daño.
Aunque ha llegado al aeropuerto con tiempo suficiente, este hombre no subirá al avión. Nunca le han gustado las prisas. Prefiere tomarse la vida con calma.