Nada más real que esta visión de nuestra tierra y sus gentes, en la que, a la perspectivas chata de su dimensión actual, se añade otra más profunda y adecuada, la que proporciona una fantasía llena de amor. Estamos en la Málaga cotidiana, pero enriquecida por la que el escritor nos ha sabido evocar. Por esa compleja ciudad del paraíso nos lleva Sesmero con palabra alada, siempre sugestiva y evocadora, poniendo un subrayado imaginativo o sentimental a las cosas que se merecen.