Adriana es una niña que llega al mundo cuando el amor entre sus padres ya ha alcanzado su fecha de caducidad. Para huir de ese ingrato entorno Adriana se crea un paraíso propio en su imaginación. Pero esa precaria felicidad se tambalea cuando empieza a acudir al colegio y entra en contacto con el mundo de los adultos, un mundo siempre extraño y muchas veces hostil. Una novela llena de sensibilidad, rebeldía y sinceridad.
Nuestro personaje protagonista, Adri, es la menor de cuatro hermanos, que nació, en el momento menos oportuno. Así se lo hacían saber de manera directa, mediante reproches, o indirectamente, con gestos o indiferencia hacia la niña. Pero esa falta de cariño en la familia lo solventa con las atenciones y cariño de las tatas, a quienes confía sus intereses, miedos y parecen entenderla, o al menos, quererla tal como es. Aún así, Adri crea, con ayuda de su imaginación, y de sus numerosas lecturas, un mundo mágico, apartado del mundo de los adultos, donde ella es feliz. Encontrará, además, la Verdadera Amistad. Adri demuestra una inteligencia y bondad en sus acciones, aunque no siempre sean percibidas de esta manera. "Se es de donde se quiere ser y se pertenece a donde se desea pertenecer" "Me he dado cuenta que lo mejor de algo que se espera es estar esperándolo" Un libro de Ana María Matute, muy recomendable, que nos transmite magia y recordar al niño que un día fuimos o que, aún todos llevamos dentro.
Una maravilla, una obra de arte, me hizo reír, llorar, reflexionar, me dejó muy marcada con la soledad de esa niña y el mundo de amigos maravillosos y extraños que la rodean, mucho sentimiento.
En "Paraíso inhabitado", Ana María Matute hace magia de lo cotidiano. Es casi una novela fantástica que narra la soledad de una niña en una casa burguesa corriente. Está la infancia personificada en el Unicornio que sale del cuadro para pasear; están los Gigantes, que son los adultos que no se comunican y está la enana, que es ella, resistiéndose a cambiar de naturaleza.
Aferrándose a la infancia, Adrrri (como la llama su vecino y alma gemela) tendrá que lidiar entre el mundo de los gigantes (su familia y la escuela) y en el que quiere vivir. Sus Tatas y sus vecinos, así como su tía, serán fundamentales en su tránsito. Matute hace gala de su narrativa y mundo imaginario a través de una niña de 8 años que representa a muchas generaciones.
Y era la primera vez que yo me reía, por lo menos con tantas ganas, y sentí como si dentro de mí algo estallara en mil pedazos, como si aquel montoncito de piedras que pesaba sobre mi corazón saltara por los aires. Y pensé: «Qué bueno es reírse
Nunca hubiera podido imaginar que una ausencia ocupara tanto espacio, mucho más que cualquier presencia”.