PARABOLA DEL NAUFRAGO

PARÁBOLA DEL NÁUFRAGO - Miguel Delibes (1969) Dice la RAE que una parábola es una «narración de un suceso fingido, del que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral». Y con esta parábola hace Delibes un juego experimental de recursos alejándose por completo del realismo social de la mayor parte de sus obras pero no del transfondo ético de las mismas. Delibes genera una distopía con una cabeza visible de poder absoluto en la figura de Don Abdón “el padre más madre de todas las padres". Rozando el absurdo la narración se divide en varios enfoques, un narrador en tercera persona como en las fábulas, una narración que sustituye los signos ortográficos por su denominación cuando nos habla de Genaro “punto" Un abuso del paréntesis reiterativo e innecesario (del autor) premeditado, un monólogo interior del protagonista, Jacinto, en que se utiliza el “tú" y no el “yo" y la cursiva; un uso detallado de términos botánicos y faunísticos, que te llevan a pensar cuan rica es nuestra lengua y que poco la conocemos; y un recorte de las palabras que van siendo innecesarias, aderezando de un regusto a Orwell y Kafka esta peculiar sinfonía que nos transporta a un mundo absurdo, a la usanza de la Saga/ fuga de JB de Torrente Ballester. Una narración cargada de símbolos como el minarete desde el que Darío vigila que todos agachen la cabeza, que no piensen. Una parábola sobre la alienación y sobre la aniquilación del pensamiento que recomiendo leer, fresca, actual y que te sumerge en la asfisia y el desasosiego del náufrago en sus últimos segundos. Dijo Delibes de este libro «La agresividad del hombre se orienta ahora, en esta guerra solapada, al aniquilamiento de los que no piensan como nosotros. Se hace la guerra a las ideas como si uno pudiera cambiarlas por mucho que le amenacen. Y esta es la última razón del libro que de rechazo, es un canto al amor, a la justicia y a la libertad». No hay mejor reseña que las palabras del autor. No dejemos que nos conviertan en ovejas rumiando el seto dentro del cual nos pretenden encarcelar.