Una de las características esenciales de este libroes la gran cantidad de materia que contiene, yuxtapuesta en innumerables capas, todas coexistiendo sin que ninguna busque la hegemonía, alejándose así del patrón lógico discursivo del verso occidental para operar de una forma que se emparenta con la del método ideogramático desarrollado por Pounda partir de las ideas de Fenollosa. Estas capas bullen y proliferan en cada poema sin un centro establecido, en un flujo de lenguaje que tal cual dice un estudioso de la obra de Kozer como Pablo de Cuba, está caóticamente organizado. Caos y orden coexistiendo en esta poesía de la abundancia y el exceso con un trabajo metódico; mano de obra, en un proceso constructivo que genera una escritura sumamente reconocible. Escritura que en su densidad matérica nos puede acercar, en clave musical, al concepto que acuñara en el crítico de jazz Ira Glitter para a la nueva dirección que tomaba la música de John Coltrane: sheets of sound: cientos de notas fluyendo a toda velocidad desde lo alto a lo bajo del registro, en un estilo basado fuertemente en la improvisación.