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Sinopsis de PANTALLAS DE PLATA

Esta es la historia de una relación personal con el cine. Carlos Fuentes cuenta cómo fueron sus primeros acercamientos a las salas cinematográficas, de la mano de su padre, su consecuente deslumbramiento ante las imágenes en movimiento en la pantalla de plata, y su ulterior e incurable afición al cine. El autor tuvo oportunidad de ver películas en un buen número de países a ambos lados del Atlántico, de conocer a grandes directores y célebres actores y actrices, de escribir guiones y ver llevadas al celuloide obras que él escribió, de ser jurado en festivales famosos e, incluso, de actuar. De todo ello deriva una experiencia única que aquí narra en términos absolutamente confesionales y buena parte del tiempo en primera persona. Sus preferencias y gustos, sus obsesiones, su interpretación de obras, actitudes, tendencias, estilos: todo eso y más se encuentra escrito de manera más narrativa que ensayística. Esta obra, tal y como la dejó escrita el autor, es un regalo para sus lectores, y en especial para aquellos que disfrutan del buen cine de todos los tiempos.

1 reseñas sobre el libro PANTALLAS DE PLATA

Fuentes nos dice: "El populismo de Capra es negado y superado por la malicia (o, de plano, el mal) de Hitchcock en una obra maestra de la ambigüedad o del desencanto, la ficción y el destino, Vértigo (1958), en la que Stewart, manejado por una pasión fatalista, ama y recrea a una estatua (se llama Kim Novak) que es o puede ser el vértigo erótico de un hombre víctima de las alturas." "En otro de sus espectaculares finales, James Cagney es ametrallado el día de Año Nuevo y lo vemos llegar, tambaleándose, a morir en la escalinata de una iglesia. Allí, la dueña del cabaret, Gladys George (evidente representación de Texas Guinan, empresaria de night-clubs de los años veinte, célebre, entre otras cosas, por insultar a sus clientes), escucha el último respiro de Cagney, lo toma de la cabeza y le dice al policía que se acerca a preguntar quién era este hombre: He was a big shot." El film es The Roaring Twenties (1939) dirigido por Raoul Walsh. "Sabido es que Cukor tuvo un conflicto con Clark Gable, quien exigía un director macho (Cukor era homosexual) para la dirección de Gone with the wind (1939). Es bien sabido, sin embargo que tanto Vivien Leigh como Olivia de Havilland fueron secretamente dirigidas por Cukor." Fuentes analiza de una manera deliciosa el cine: desde su niñez, yendo a apestosos cines de mala muerte, hasta un variado análisis del cine clásico hollywoodense, el cine mexicano, el expresionismo Alemán, Rossellini (de quien cuenta una jugosa anécdota cuando fue presidente de en el Festival de Cannes en 1977 dándole el premio al bellísimo film Padre padrone de los hermanos Taviani lo que desató la ira de Favre Le Bret que era el director del festival y tenía su propio film ganador). Pasando por las carreras de actrices y actores: Greta Garbo, Merlene Dietrick, Barbara Stanwick, Joan Crawford, Dolores del Río, María Félix, James Cagney, Clark Gable, y directores, como Frank Capra, F W Murnau, Fritz Lang, Ernst Lubitsch, los musicales, las comedias, el cine de gánsteres. Cerrando esta suerte de ensayo/memoria con los grandes secundarios: Claude Rains y Thomas Mitchell. El ensayo nos menciona muchísimos films que son una joya, muchos de los que menciona Fuentes los he logrado ver en mi lejana juventud, otros, los visioné como parte de una colección clásica ya perdida en DVD, y muchísimos films están dando vueltas en el streaming, solo hay que tener paciencia y hallar, y disfrutar, esas joyas. En el documental A Personal Journey with Martin Scorsese Through American Movies (1995), Scorsese comenta que les dijo a sus alumnos: "revisen los clásicos". Este ensayo/memoria es una magnífica fuente para una nueva visionada de los "clásicos" de diferentes latitudes, personales universos y variadas pulsiones e intereses.


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