PALIDA LUZ EN LAS COLINAS

De este autor había leído "Lo que queda del día" que es una novela que me gustó mucho y quería leer otra obra suya y me llamó la atención este libro que es muy corto y que está basado en una mujer que emigra de Japón a Inglaterra. Es la primera novela de este autor de 1982. No es difícil de leer, incluso la terminé en una tarde, porque la historia te atrapa y estás queriendo saber cómo se unen la historia en Japón y la historia en Inglaterra cuando vas viendo que quedan cada vez menos páginas y no se cierra nada y llegas a la última hoja y no se cierra. Quizás en un par de días pueda entender que motiva al escritor a contarnos esta historia, pero ahora solo puedo pensar como Condorito, un personaje de caricatura chilena:¡Exijo una explicación!

Este es uno de los casos donde el gusto de la mayoría y el mío no coinciden. Ésta es la primera novela de Kazuo Ishiguro, y también la primera que leo del autor. Reconozco que su prosa es límpida y elegante, el libro está bien escrito. Mi principal disconformidad se deriva de la trama. La historia transcurre en dos tiempos separados: uno en el Japón de los años 50, recuperándose del trauma de la bomba atómica y la derrota militar, y otra en Gran Bretaña alrededor de veinte años más tarde. Irremediablemente voy a incurrir en algunos spoilers. Dejen de leer a partir de aquí si no quieren saber nada. Mi principal queja radica en que la novela es demasiado implícita. Realmente no se deja nada en claro al lector. No sabemos qué sucedió con ninguno de los dos esposos de la protagonista, no sabemos si la vecina que juega un rol importante en la historia existió en verdad, tampoco entendemos los motivos del suicidio de la hija mayor de la protagonista Etsuko. Ni siquiera se entiende el rol que juega el suegro en la novela. Es posible que haya algún mensaje subliminal muy brillante que justifique tanta ambigüedad, pero me temo que no lo capté.

Es el único libro de Ishiguro que leí, los debe haber mejores. En todo caso, es un buen libro.

Un historia que transcurre poniendo de relieve las diferencias entre el Japón tradicional y el occidentalizado después de la guerra. Ishiguro deja muchas cuestiones sin resolver en un final que sorprende.

Bello y triste. Expresa la soledad de los personajes desde una extraña calma. Libro poético y melancólico.

Tras el suicidio de su hija mayor, Etsuko, una japonesa instalada en Inglaterra, rememora la amistad breve y extraña que la unió en el pasado a Sachiko, quien vivía sola con su hija Mariko. Tres personajes femeninos enigmáticos, marcados por la bomba atómica, por un país con heridas abiertas. Todo lo que había leído a respecto de esta novela me invitaba a leerla y la realidad ha sido diferente. Estaba deseando acabarla. No me ha gustado, la he encontrado muy triste y oscura.