Una noche de otoño, unos pescadores descubren un cadáver en la playa del Chivo, en La Habana. La víctima, Miguel Forcade Mier, ha sido asesinado con una saña brutal, casi inexplicable. Este crimen removerá una antigua trama de corrupciones y viejas ambiciones frustradas, ya que, en efecto, en los años sesenta Forcade había dirigido oficialmente las expropiaciones de bienes artísticos requisados a la burguesía tras la Revolución.Serie Mario Conde.
Final de las Cuatro estaciones de Mario Conde, el otoño y con él un huracán que parece que va a destruir la isla y el asesinato de un exiliado sin motivo aparente hasta que descubrimos que volvió a la isla a buscar algo. En las novelas de Leonardo Padura lo que hacemos es movernos por Cuba, conocer a su gente, sus costumbres, su comida, su manera de hablar, etc, la historia policial nos retrata la vida diaria, es un medio para denunciar la dura vida diaria en Cuba, la corrupción y las luchas de poder. Mario Conde no es un policía modélico ni comprometido con el poder pero es buen policía y buen amigo. Al final la vida de Mario Conde va a cambiar, a pegar un giro que descubriré en las próximas historias.
Ya estoy cerca de confesarme fan del inspector Mario Conde y su creador, el cubano Leonardo Padura. Logra siempre generar un clima que nos permitan vivir en La Habana y conocer lo cotidiano del día a día. El ambiente logra trascender las historias que nos cuenta el autor. Los personajes que rodean a Conde, sus amigos de la infancia, Jose, la madre del Flaco -que está en una silla de ruedas producto de la guerra en Angola y ya no es flaco- y sus compañeros policías tienen perfiles muy definidos que redondean por lo general una gran obra.
A mi juicio, la mejor de la tetralogía de las cuatro estaciones, una trama criminal perfectamente hilada, con un Mario Conde desencantado de la policía que tiene que resolver su último caso a contrarreloj , los personajes habituales y alguno nuevo, como el nuevo superior de Conde, un antiguo miembro de los servicios secretos cubanos, que quería ser un espía como los de Jhon Le Carré, la leyenda del galeón español también muy sugestiva y interesante, el cierre de un ciclo, espero que en las siguientes mantenga el nivel