PAIDEIA: LOS IDEALES DE LA CULTURA GRIEGA

Otro libro clásico ineludible a la hora de conocer el mundo de la antigua cultura griega, sobre todo, en cuanto a su idiosincrasia en el terreno de la educación que se dispensaba, desde muy temprana edad, a los jóvenes atenienses y demás pueblos del conjunto, que se autodenominaban: Helenos. La Paideia, es un vocablo griego de difícil traducción, es por ello que Jaeger recurre a él, sin más, para el título del libro y, nos hace sendas advertencias en su prólogo sobre la naturaleza múltiple de tal concepto, pues, la Paideia que muy someramente podemos traducir como: “La educación o formación de los niños” en realidad comprende el proceso de crecimiento y de maduración de éstos mediante los valores éticos, el acondicionamiento físico y las respuestas prácticas de las actividades en la vida cotidiana. El imaginario de educación en la niñez de la antigua Grecia, se configuró en la búsqueda de la armonía entre la educación física, la educación intelectual y la educación moral. El punto de equilibrio en la paideia griega reside en un ideal de perfección del ser humano donde se encuentra la razón tras el conocimiento. Ahora bien, dentro de la paideia, necesariamente hay otros conceptos que deben entenderse como sucedáneos, uno de estos conceptos es el Areté, lo que se entendía como la excelencia de un individuo, es decir, de cómo este se desarrolla, piensa, habla y obra con éxito. El Areté comprende la formación cultural y moral, el aprender a manejarse en comunidad y a desarrollarse de una manera productiva, así como el respeto a las demás personas, la generosidad de espíritu y la bondad. El areté espiritual, es decir, la formación del intelecto, incluye cultura y ética, abre la mente del infante y del joven hacia todas las formas de expresión de la cultura en la que se desarrolla, pero al mismo tiempo, el areté gimnástico se conecta armónicamente con la formación y cultivo del cuerpo humano, en una vertiente físico-deportiva y práctica. La adquisición del areté era el eje de la paideia, de la educación del joven griego para transformase en un hombre útil y perfecto, hacia énfasis en la disciplina y el dominio del cuerpo mediante la gimnasia y la lucha, incluyendo las artes como la oratoria, la música y también la filosofía. El significado de areté se aproxima a lo que hoy se considera virtud, en general, incluyendo rasgos como la magnanimidad (la grandeza y elevación del ánimo o bien una gran generosidad o liberalidad), la templanza y la justicia. Sobre la base de estos dos conceptos principales se desarrolla el libro de Jaeger, haciendo, por supuesto, un recorrido histórico en el que nos hace conocer varios elementos de la sociedad griega: las instituciones, la vida política, la medicina, la literatura y la filosofía, en esta última, hace hincapié en la de los sofistas y muy especialmente en la de Platón, de hecho, creo que es un libro perfecto para adentrarse a las obras del filósofo, ya que Jaeger hace un estudio exhaustivo de sus principales obras, dilucidándolas con una lucidez pasmosa y muy objetiva. Este fue uno de los libros de textos que conocí en la universidad, por parte de una profesora muy especial, lectura muy amena que realicé con mucho entusiasmo y que me ayudó con creces a comprender, de una manera realmente humanista, la historia y la idiosincrasia de la Antigua Grecia. Es también un libro voluminoso, pero que vale la pena leer por completo. Y digo esto, porque la mayoría de las veces, los libros de textos que los profesores de la U recomiendan, siempre lo hacen de manera fragmentaria, es decir, desean que los estudiantes analicen “con pinzas” un pasaje, o a lo sumo un par de capítulos de un libro, lo que, en realidad, es contraproducente, ya que no se puede dar una mirada global a la obra ni apreciar, en sí, su sentido literario… Agradezco haberla podido leer… ¡Fuera del “yugo escolar”!