Una novela que nos recuerda que, aunque el amor tiene fecha de caducidad, a veces puedes conservarlo para toda la vida. Hola, soy Coral. Siempre fui una romántica empedernida, hasta que el género masculino me rompió el corazón. Después de varios desengaños, os juro que me dije a mí misma que no iba a permitir que nadie más me hiciera daño. ¡Qué bonito es el amor, pero menuda mierdecita es sufrir por él! Hoy por hoy me considero una mujer relativamente feliz. Trabajo como repostera, tengo unas amigas increíbles y una preciosa hija a la que adoro. En cuanto al temita hombres, lo único que pretendo es disfrutar de un sexo divertido con ellos y poco más. Sin embargo, debo confesar que hay uno que hace que se acelere mi atontado corazón cada vez que lo veo. Se llama Andrew y es el jefe de seguridad de las giras musicales de mi amiga Yanira. Andrew es un bomboncito alto, de ojos oscuros, moreno y terriblemente atractivo. Y si a eso le sumas que conduce una moto y que tiene ese puntito canalla en su mirada que me vuelve loca, ¡ni te cuento! Pero Andrew es esquivo en lo que se refi ere a las relaciones amorosas, y eso me hace pensar que a él también le partieron el corazón y que por eso nunca repite con la misma mujer. Repetir, repetir, yo no le voy a pedir que lo haga conmigo, pero cuando nuestras miradas se encuentran, una extraña corriente se genera entre nosotros, y eso me inquieta y me hace pensar en si realmente repetiremos algún día.
Me divertí mucho con esta historia. Aquí a los personajes los vi muy humanos, con sus miedos, malas decisiones y felicidades. Los protagonistas no me hicieron enojar, más bien me hicieron reír mucho con sus complicidades.
Con la portada de la novela ya sabes cómo va a acabar. El género romance no es lo mio pero como el libro me llegó a ciegas en el box de diciembre había que leerlo. Le doy 1.5 Originalmente le iba a da un 2 y estaba dispuesta a perdonar la continua mención de canciones y la tonteria de "dame un mua y un remua' (vamos que se lo diga a su hija de 2 años es tierno pero que lo diga a un hombre nada que ver) pero cuando el protagonista Andrew dice "un sí siempre sabe mejor cuando comienza con un no" esto se fue a la porra. La historia es muy básica y se lee fácil. Me sirvió para distraerme. Coral se me hizo un personaje tonto con la madurez de una quinceañera cuando en realodad es una mujer de 29/30 años y que con una hija y en esas circunstancias esperaba más como personaje. El mejor personaje para mi fue Madison.
Desde luego, la inteligencia no tiene límites, pero la estupidez en ocasiones no tiene fronteras.