Un extraordinario poema épico, en edición bilingüe y versión del poeta mexicano José Luis Rivas, de Derek Walcott, el premio Nobel que Joseph Brodsky considera «el mejor poeta en lengua inglesa». El libro comienza como la Ilíada, con la rivalidad por el amor de una mujer, pero la historia no tiene lugar en la Antigua Grecia, sino en una isla antillana, y la mujer no es una princesa sino una criada de raza negra, deseada no por reyes sino por varios pescadores y por un antiguo oficial británico fascinado por la isla.
Una madrugada en Lisboa, caminando por los desiertos muelles,se había preguntado en que parte de este mundo podrían establecerse, él y su recién casada, para gozar, sobre todo...de paz!
Botellas de vino del casco de la Ville de París se bambaleaban con cortas sacudidas en la estela, sangre carmesí manaba de la madera mientras iban a la deriva en la suave corriente de la apagada lejanía de la batalla.
Las elegías del verano suspiraban entre el barrón,al son de las inclinadas cañas. Lánguidas praderas elevaban sus mosquiteros naturales a la redonda de la granja Parkin.
Que pronto se marchitan!, pensó Maud de el cielo esmaltado,de las palmas doradas, de las barras como altares de rafia,y hasta de esa madonna bañando a su nene con su pichulita!! ☺️😏
Me detuve, pero hice acopio de toda la fuerza del mundo para acercarme a su puesto, como un cazador al acercarse a la rama donde una pantera yace encrespada con la luz del follaje sobre su negra seda.
El trapo se vino abajo, como una pandorga, hasta la calle. Abrazó a Filoctetes, que lloraba por la derrota,y con una cerveza tibia,se marchó como trabajador migratorio a Florida.