OBRA REUNIDA

Escribí la reseña de Pedro Páramo y El llano en llamas por separado. Luego hago un comentario a esta obra en si. Pedro Páramo Muy recomendable. Es una novela corta, pero poco accesible. Se debe prestar mucha atención sobre todo a los nombres de los personajes que van surgiendo porque luego reaparecen en un rol o época completamente distintos y es fácil confundirlos. Rescató fundamentalmente la capacidad de Rulfo de realmente transportarnos a Comala y a convivir con la sociedad de la época. Me parece muy interesante como entrelaza épocas, historias, vivos y muertos. Es realmente una obra singular y merece la pena leerla. Al igual que el llano en llamas (leí los dos juntos) trata de miseria, promiscuidad, violencia, injusticia, incesto, pueblo chico infierno grande, pero creo que Pedro Páramo es una obra mejor lograda que los cuentos del llano en llamas. Sin dudas para leer una obra de Juan Rulfo recomendaría esta. Si bien se lo considera el padre del realismo mágico sigue gustándome más el de Gabriel Garcia Marquez, pero sin duda vale la pena. Ojo, no es para cualquier lector, el lenguaje es sencillo pero la trama no es lineal. El llano en llamas Realmente disfruté mucho más Pedro Paramo. Es un buen conjunto de cuentos, pero siento que Pedro Páramo tiene una vuelta más de tuerca. Si bien los cuentos no son reiterativos en su trama, todo trata en el fondo de pobreza, miseria humana, promiscuidad, etc, y por momentos sentí que era más de lo mismo. Tal vez me paso esto porque leí los dos juntos (Pedro Páramo y El llano en llamas) y ya me había hartado un poco el tópico. Claramente esta muy bien escrito, Rulfo tiene una capacidad incomparable para realmente remontarnos a la época y lugar donde transcurren sus historias, genera una experiencia muy vívida, uno no puede mantenerse al margen ni leerlo distantemente. Su lectura me pareció eso si, más fácil que Pedro Páramo. No se si leerlos juntos es la mejor idea, yo suelo leer más de un libro del mismo autor pero en este caso creo que hubiese disfrutado más el Llano en llamas de no haberlo leído a continuación de Pedro Páramo. La recopilación contiene además El gallo de oro, el cual no leí justamente por lo que expresé antes, cuando lo lea subo la actualización.

Qué monumental y corta fue la Obra de Juan Rulfo. Humana, demasiado humana, entre fantasmas.

Los cuentos de El Llano en llamas son joyas. Algunos violentos, otros trágicos y un par con toques cómicos, pero en todos se sienten la desolación, el clima extremo, la brutalidad de un paisaje arisco y de una vida dura. En todos se sienten las voces de sus personajes, que le dan vida y sentido a cada historia. Algunos cuentos tienen estructuras extrañas: cuesta entender qué es lo que hizo Rulfo, y cómo es que, aun así, funcionan tan bien. Otros, más tradicionales, son historias memorables que valió la pena releer. Mis favoritos: “Luvina”, “No oyes ladrar los perros”, “Talpa” y “Anacleto Morones”. Pedro Páramo era una relectura que tenía pendiente. Comala es un pueblo perdido en medio de la nada, pero todavía habitado por los ecos de los que alguna vez vivieron en él. Cuando Juan Preciado lo visita para buscar a su padre —ese hombre que le da nombre al libro—, cada persona que encuentra está muerta, y cada una de ellas desata una serie de voces con las que, poco a poco, se va reconstruyendo el pasado de Comala. Es una historia de fantasmas extraña. “Este pueblo está lleno de ecos. Yo ya no me espanto. Oigo el aullido de los perros y dejo que aúllen. Y en días de aire se ve al viento arrastrando hojas de árboles, cuando aquí, como tú ves, no hay árboles. Los hubo en algún tiempo, porque si no ¿de dónde saldrían esas hojas?”, le dice una mujer a Juan Preciado. Una mujer que luego desaparece, que está muerta desde hace tiempo. Porque Comala está poblado por muertos que a veces no saben que están muertos. A medida que la historia avanza, los dueños de esas voces perdidas van ganando protagonismo. Y, en un giro estructural insólito, Juan Preciado, también muerto, le cede el rol de personaje principal a Pedro Páramo: el presente queda enterrado por ese pasado que sigue sonando como un eco. Esta edición del Fondo de Cultura Económica incluye dos relatos adicionales (curiosos porque, a diferencia de sus otros cuentos, están protagonizados por mujeres); el guion de El gallo de oro (la historia de Dionisio Pinzón, quien de ser un pregonero pobre se convierte en gallero afortunado y luego en un apostador rico, mostrando la transformación de su personalidad y su decadencia instantánea), y dos textos poéticos escritos para una película (La fórmula secreta de Rubén Gámez). Todo este material menos conocido es una lectura interesante, pero sobre todo es una buena excusa para releer los dos libros principales de Rulfo.

Muy buenos cuentos en su mayoría