Para Mario Bellatin, la escritura es una condición que no tiene «más remedio que soportar». De ahí que haya creado estas historias pobladas de personajes deformes e imperfectos, que transcurren en tiempos y lugares indeterminados, armadas como puzzles, creadas mediante ese proceso en cierto modo inconsciente pero impregnado de las tradiciones japonesa y fantástica. Incluye Salón de belleza, Efecto invernadero, Canon perpetuo, Damas chinas, La escuela del dolor humano de Sechuán, El jardín de la señora Murakami, Bola negra, Shiki Nagaoka: Una nariz de ficción, La mirada del pájaro transparente, Flores, Underwood portátil y La clase muerta.