NUESTRA SEÑORA DE PARIS

Ya me advirtió mi compañera de lectura que esta reseña me haría sufrir. Los sudores aparecen cuando la eterna dicotomía del defecto y la virtud se enfrentan al según se mire. Y así miro yo. Por más vueltas que le doy, llego al callejón sin salida de que Nuestra Señora de París es una obra imperfecta en su conjunto pero con una calidad literaria sobrehumana. ¿Quién es el protagonista? ¿París, su arquitectura, Quasimodo, Esmeralda, Notre Dame? Pues aunque resulte algo ambiguo y completamente descerebrado, defiendo la idea de que es una novela atípicamente coral. Por acabar por la vía rápida con el defecto y así deleitarme en lo demás Hugo se va por las ramas. Lo se, vaya noticia. El principal problema es que esos mini ensayos que acompañan a la trama principal no empastan, no suman, nada aportan al argumento y esto le resta velocidad y armonía. Pero Ave María Purísima que manera de narrar. Que brillante su idea de que la decadencia arquitectónica medieval fue causada por la llegada de la imprenta. En cuanto a lo que Disney profanó, el autor se maneja en la delgada línea de la ironía y la tragedia para hablarnos primero de una justicia que es sorda. Después, de una sociedad llena de sombras, supersticiones, clasista y profundamente egoísta. Y finalmente Quasimodo, que representa la monstruosidad, lo horrendo y, como no, la desventura. Hugo crea un personaje con malformaciones en todo su cuerpo, sordo, bruto. La fealdad en estado puro. Apaleado, ridiculizado, vejado y sistemáticamente rechazado nuestro jorobado conocerá a su antagónica Esmeralda. La gitana de belleza virginal. No es el único juego de contrastes. Toda la novela lo es. Desde las calles opulentas y majestuosos monumentos donde habitan las gentes de calidad a la corte de los milagros, barrio marginal con su propia ley, donde sobreviven ladrones, truanes y estafadores todo, para bien o para mal, es París. Y, por último, la perversa individualidad del ser humano donde sus anhelos están siempre por encima del bien y del mal choca frontalmente con la bondad personificada en la ya citada gitana. Bajo el prisma de una novela convencional, nuestra señora de París cojea precisamente en su arquitectura. Sin embargo, la multitud de aristas, capas, reflexiones y la jupiteriana prosa del autor convierten a la novela en una obra inmortal. A base de pluma y estoque Víctor Hugo saca las vergüenzas de la ciudad de la luz dejandola completamente a oscuras. Hay que perderle el miedo. Aún teniendo partes complejas y abruptas, recomiendo mucho su lectura. Eso sí, pausada, sintiendo cada letra. Cada gota de tinta, incluso cada pausa. Un libro maravillosamente imperfecto! Padres de la literatura hay muchos...dios solo uno. VÍCTOR HUGO.

Desde el siglo XIX el gran Victor Hugo nos cuenta una historia que ocurre en el siglo XV y, en todo momento, lo deja muy claro. Escribe en tercera persona pero, en varios capítulos se dirige al lector desde el presente, su presente y, por supuesto, nuestro pasado. ¿Pensáis que esta historia es un bonito cuento como nos lo enseñó Disney? ¡Pues no, ni de lejos! Para empezar, no hay que olvidar que Victor Hugo era un romántico, pero del romanticismo, y eso no se traduce precisamente en cosas bonitas y finales felices. Yo me he sorprendido. No es que tuviera muy clara la historia, nunca la había visto ni leído, pero mi idea era muy diferente. Victor Hugo hace un trabajos espectacular, no puede estar mejor escrito, una obra maestra. Sin embargo, una de las cosas que más me han sorprendido, porque no me lo esperaba, son esos capítulos extensísimos en los que hace unas descripciones minuciosas, al detalle, punto por punto del París de del siglo XV y de su catedral, Notre Dame. Descripciones cultísimas, más apropiadas para personas con gran conocimiento sobre el arte gótico francés. Yo, en mi ignorancia, reconozco que ciertos momentos me han superado. Sin embargo, no duraban mucho y, curiosamente, a las pocas líneas Victor Hugo conseguía embutirme en aquellas calles oscuras y en esa iglesia que tan triste final ha tenido en el siglo XXI. Según he leído, el autor estaba molesto con la degradación que estaba teniendo el arte gótico en su época , parece que no estaba de moda y ,como viene ocurriendo a lo largo de la historia con otras muchas maravillas históricas, se lo estaban cargando. Él quiso con esta obra darle importancia y, según cuentan lo consiguió. Esmeralda, su cabrita Djali, Quasimodo, Claude Frollo y Gringoire son los personajes más significativos de la historia, los que marcan los acontecimientos. Ellos mueven los sentimientos más viles y, también, los mas bondadosos. La cara y la cruz de la moneda, el bien y el mal. A partir de ahí, pasiones perversas, amores interesados, envidias , dolor profundo, crueles injusticias y un parís repleto de personajes inmundos. Una terrible descripción de la sociedad del momento, seguramente exagerada por las tendencias del romanticismo. A mí me ha gustado mucho. Con sus peros, que los tiene, y también su explicación. Hay que vivir la historia en su tiempo, en su espacio y en sus circunstancias. La pluma de Victor Hugo es magistral, no tiene rival.

Nuestra Señora de Paris, de Víctor Hugo Otro gran clásico que tenía pendiente, aunque claro, mi imagen preconcebida estaba totalmente viciada por Disney y pues me he llevado un buen chasco. Víctor Hugo hace una descripción detallada de la arquitectura de Nuestra Señora y otras edificaciones de la época, casi sollozando al pensar que ese tipo de estructuras tan llenas de significado indudablemente fueron perdiendo importancia, según él, debido al advenimiento de la imprenta y con ella, la proliferación de otro tipo de arte expresivo. En fin, que la historia propiamente de Quasimodo y Esmeralda, casi pasa a un segundo plano, sin que por ello deje de llamar la atención una serie de aspectos socio culturales de ese momento que hoy nos llevan a reflexionar. Lo único que diré al respecto, es que la historia es muy diferente a lo que Disney nos ha pintado, y que vale la pena su lectura. Leído en febrero 2023 CITAS La arquitectura se despoja, se deshoja y adelgaza a ojos vista se hace mezquina, se empobrece y hasta se anula. Ya no es capaz de expresar nada, ni siquiera el recuerdo del arte de lo que fue en otro tiempo. Nunca será ya la arquitectura el arte social y colectivo, el arte dominante. El gran poema, el gran edificio, la gran obra de la humanidad no se construirá ya, se imprimirá. Pues, aunque no se crea en nada, hay momentos en la vida en que uno siempre se acoge a la religión del templo que más a mano se tiene. Así es la vida; con frecuencia son nuestros mejores amigos los que nos hacen caer. El éxito de las grandes empresas se debe a veces a la fortuna y a veces a la astucia.

Creo que "Nuestra señora de París" se llevó una parte de mí. Me llevé puesto uno de los mejores clásicos del siglo XIX y asimismo conllevó uno de los finales más desgarradores que leí en mi vida, aún habiéndome spoileado y sabíendo como terminaba, me dejó sin palabras y con el alma rota. Disculpen si hago una reseña un poco extensa pero creo que semejante obra lo merece... Víctor Hugo crea esta novela en 1831 con el fin de salvar a la catedral de Notre Dame de los despojos de la revolución francesa, robos, incendios, etc. El autor describe a la catedral, sus gárgolas y recovecos con un detalle único, la personifica de tal forma que no solo la vuelve un personaje, sino que la vuelve protagonista de la obra, todo gira en torno a ella, actúa y respira junto con los personajes. En esta obra se refleja la Francia del siglo XV, y con ella las injusticias, las ideas del autor acerca de la pena de muerte, de la soledad de los protagonistas, el hincapié en los marginados, tanto en el personaje de Quasimodo (descartado socialmente y marginado a lo alto de un campanario por sus deformidades físicas) y también el enjuiciamiento sobre Esmeralda acarreando todos los prejuicios sociales por partida triple, por ser mujer, por su pobreza y sobre todo por el prejuicio hacia la cultura gitana, tildándola de realizar brujerías junto con su cabrita, la cual consideraban símbolo de lo profano en la edad media. Una obra de 1185 páginas, pero que merece la pena cada una de ellas. Contiene gran cantidad de frases bellísimas que te llevan a reflexiones muy profundas. De más esta decir que la pluma de Víctor Hugo plasma de forma única una historia sumamente desgarradora que dista mucho del bello final de Disney donde los malos son castigados y los buenos quedan como los héroes, justamente el autor con esta obra nos deja un grito, una crítica social, una lucha contra las injusticias sociales, injusticias a manos de la iglesia y de la sociedad en general. Simplemente una obra maestra....✨

Ya me ha pasado con más clásicos, conoces la historia, incluso has leído fragmentos, pero te das cuenta que pasan los años y no te has puesto a leerlo entero. Afortunadamente ya no puedo decirlo de esta extraordinaria novela, que por supuesto recomiendo. Destacar dos pequeñas conclusiones, que las sociedades siempre han odiado a aquel que es distinto y que el amor no atiende a ningún tipo de razones, en eso no hemos cambiado tanto con el paso de los siglos. Para los amantes del cine recomendar la estupenda película de 1939 dirigida por William Dieterle, con una jovencísima Maureen O’Hara en el papel de Esmeralda y un extraordinario Charles Laughton en el de Quasimodo.

Reto n.º Leer un clásico No sabía por que clásico decidirme y opté por preguntar. Edd me recomendó Nuestra Señora de París, gracias por el consejo amigo ha sido todo un acierto Si bien conocía la historia por cuentos infantiles, película de Disney etc. jamás lo había leído del puño de su autor Victor Hugo, estoy totalmente fascinada de la calidad de su escritura, su manera de describir París, los personajes y sobretodo el ambiente, dista mucho de las variadas interpretaciones que han hecho del libro, me han hecho sentir mil sensaciones distintas en cada párrafo. Siento una gran estima por la belleza de Quasimodo y por la pureza de su alma

El final de la historia es hermoso en toda la extensión de la palabra, al menos para mi lo fue. La manera en que está pensado ese final fue sublime, llego un punto en el que ya no estaba seguro de que es lo que iba a suceder y al final todo pasa tan rápido que no te da tiempo de asimilarlo. Definitivamente este es uno de esos libros memorables, con personajes que pasaron y seguirán pasando a la historia por generaciones enteras y que difícilmente podrás olvidar una vez que lo lees. Si te sirve de algo, la pelicula "El jorobado de Notre Dame" de Disney esta basada en este libro y es muy parecida aunque aun con eso creo que no es la opcion adecuada para iniciarse con los clásicos.

Que libro, qué historia... Definitivamente una obra maestra. Adicionalmente, no se si las traducciones modernas tengan esa maravillosa opción, que en mi caso tocó ya que tuve el gusto de leer una linda edición impresa en 1861. Con frases como: "Valiente cáfila de pollinos son los tales parisienses" Si bien la historia compuesta por varios personales tiene un desenlace de los más polémicos, no deja de tener su toque agradable. Es interesante también la serie de amagues de crítica qué lanza Victor Hugo a la religión, política de la época, donde el sacerdote por ejemplo es un alquimista. No digo más y solo se que extrañaré continuar con esta narración.