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Sinopsis de NOS VEMOS ALLA ARRIBA

Un canto a la capacidad de superación del ser humano y un retrato de una sociedad descompuesta por la guerra. En noviembre de 1918, tan sólo unos días antes del armisticio, el teniente d’Aulnay-Pradelle ordena una absurda ofensiva que culminará con los soldados Albert Maillard y Édouard Péricourt gravemente heridos, en un confuso y dramático incidente que ligará sus destinos inexorablemente. Édouard, de familia adinerada y con un talento excepcional para el dibujo, ha sufrido una horrible mutilación y se niega a reencontrarse con su padre y su hermana. Albert, de origen humilde y carácter pusilánime, concilia el sueño abrazado a una cabeza de caballo de cartón y está dispuesto a lo indecible con tal de compensar a Édouard, a quien debe la vida. Y Pradelle, aristócrata venido a menos, cínico y mujeriego, está obsesionado con recuperar su estatus social. De regreso en París, los tres excombatientes se rebelarán contra una realidad que los condena a la miseria y al olvido. Así, Édouard pergeña una ingeniosísima estafa con el fin de v...

45 reseñas sobre el libro NOS VEMOS ALLA ARRIBA

De punta a punta, de la página uno a la 439, ésta es una historia descomunal. Un relato espectacular. Y todo nace en los últimos días de la Gran Guerra (ahora la conocemos como la Primera Guerra Mundial), en una de las últimas acciones bélicas, cuando el conflicto ya llegaba a su fin. Una compañía de soldados recibe la orden de tomarse una posición enemiga, en una acción inútil y costosa en vidas, pero que le sirve al oficial al mando para acumular gloria. Y aquí ya se marca una diferencia con otras obras similares. Porque las escenas de batalla son descritas de forma muy particular y original. Pero, para aquellos que no les gusten los relatos bélicos, hay que aclarar que sólo son las primeras páginas. Luego, la historia sigue adelante, ya sin guerra, aunque casi todo gira en torno a las nefastas consecuencias que deja en la vida de los personajes y en una sociedad profundamente alterada, rota, descompuesta. Cuando se silencian los cañones, comienza otra guerra, la de la otra supervivencia – la del cuerpo y del espíritu -, en campos de batalla nada épicos (los años de posguerra son terribles, incluso en quienes son vencedores), marcados por la injusticia, la avaricia y la falta de escrúpulos. Y donde también hay espacios para la redención y la rehabilitación. Los personajes de Nos Vemos Allá Arriba son profundos, muy humanos en sus flaquezas y en sus grandezas. Hay un malo de los de antes, de esos de antología y un par de víctimas, de aquellas que mueven a preguntarse ¿cómo tanto infortunio concentrado en un par de personas?. Es una gran historia. Una historia perfecta, bien contada. Es lo primero que leo de Pierre Lemaitre y entiendo que la calidad de esta obra no es una casualidad, por lo que seguiré a este autor. Muy bien Lemaitre. Van mis cinco estrellas para este libro, difícil de olvidar.


Varios adjetivos definirían plenamente a esta novela: dramática, trágica, emocionante, irónica, mordaz… Aquí, el estilo de Pierre Lemaître es astuto, implacable y grandioso. Se nos narra otra historia, una historia de una Francia mucho menos gloriosa, mucho menos agradecida de la que nos muestran los libros de Historia, Estamos en noviembre de 1918, pocos días antes del armisticio entre alemanes y franceses. Albert, uno de nuestros protagonistas, se encuentra atrapado en un agujero ocasionado por la explosión de un obús, y probablemente condenado a morir enterrado vivo. Al levantar la vista, ve al teniente Henry d'Aulnay-Pradelle de su mismo regimiento, y que no tiene la menor intención aparente de ayudarlo. Albert solo puede contemplarlo desde la impotencia y sabe que odiará a ese hombre incluso muerto. Sin embargo, cuando Albert está casi dando la última exhalación de vida, aparece Edouard (nuestro otro protagonista) que lo salva en el último segundo, pero quedando gravemente herido y con unas secuelas físicas desastrosas. A partir de aquí, Albert se verá con la obligación moral de apoyar a su salvador y compañero de armas, Y se desarrolla una extraña amistad, que no siempre resulta fácil para ninguno de los dos. Albert es un joven tímido, introvertido e inseguro; Edouard es caprichoso, loco, un artista plástico excepcional y de familia burguesa y adinerada. Juntos afrontarán las dificultades de los veteranos de guerra, en un país que quizás piensa más en sus muertos que en los supervivientes. Al borde de la miseria y la desesperación, decidirán juntos iniciar una colosal estafa contra su país rozando el sacrilegio. Desafiarán a las autoridades, los gobiernos, el poder y la burocracia, e incluso a la familia de Edouard. E increíblemente volverán a toparse con el Teniente Henry d'Aulnay-Pradelle. Las tramas están bien pensadas y los personajes (incluso los que los rodean) están bellamente perfilados. El fraude, por inmoral que se lo considere, nos va a aparecer hasta divertido y emocionante. La novela sostiene siempre un lenguaje profundo y entrañable, con personajes verdaderamente complejos en una trama rítmica de un contexto histórico. Los capítulos se suceden y recuerdan el ritmo de una novela policiaca, con pequeños toques de humor mordaz. Lemaitre evoca aquí otro aspecto de la Primera Guerra Mundial: los chanchullos y las estafas posteriores a la guerra, pero sobre todo la dejadez del Estado francés a muchos de sus soldados, que una vez desmovilizados, fueron dejados a su suerte y atormentados con secuelas psicológicas y lesiones físicas irreversibles.


Elegí este libro por dos motivos: por una parte, lo que había leído del autor me había gustado mucho, y por otra las buenas reseñas publicadas en esta comunidad me decidieron a elegirlo. Sin embargo no leí la sinopsis, por lo que me sumergí en la lectura sin saber muy bien de qué iba la historia, y me alegro mucho de que haya sido así. Porque toda la obra, desde la primera página hasta la última, me ha sorprendido y me ha parecido una genialidad. De la historia solo contaré que comienza en los últimos días de la primera guerra mundial, con unos hechos que unen las vidas de los tres protagonistas principales: el teniente d'Aulnay-Pradelle y los soldados Albert Maillard y Édouard Péricourt, provenientes de clases sociales muy distintas. A partir de aquí, me he encontrado una historia sorprendente, una narración que me ha mantenido en una tensión constante, unos personajes tan bien perfilados que ríes y sufres con ellos todas las situaciones por las que pasan. Y aunque es cierto que es una historia cruda, también lo es que el autor le imprime un punto satírico y humorístico que consigue que a veces no sepas si reír o llorar. El final, simplemente GENIAL, con mayúsculas. Es el primer libro de una trilogía, veremos qué nos depara el segundo....


Pues sí señor Lemaitre, "allá arriba"; por las nubes pondré siempre esta novela cuando tenga la oportunidad de comentarla, se lo merece. Es otro nivel, un mundo literario proyectado como un obús para y por el puro entretenimiento. Es un lujo leer como este señor introduce personajes inolvidables gota a gota y los destila despacito. (Por cierto, uno de ellos es más malo que la quina) . Abres el libro y ya te está restregando por el hocico ese olor, el miedo, la pena y horror que pudiera sentir cualquiera que estuviera en las trincheras de "La Gran Guerra" (La primera mundial) . A las primeras de cambio también conoces a ese tipo de personas que tienen la mezquindad intrínseca de llevar medallas ( pines de hojalata en la solapa) de las que son capaces de matar hasta un hijo sólo por llevarlas. El libro comienza ahí y continúa en el París de posguerra, con lo cual es muy francés en lo que a sus homenajes y caídos se refiere. Vive la France! Total... muy ético y moral. El meollo del libro trata sobre una estafa "monumental". También sobre el trapicheo que hubo con los enterramientos, cruces clavadas en tierra ajena y falsos honores para los que murieron. ( A los que sobrevivieron, muchos inválidos de por vida, nada de honores, sólo paga miserable y mucha morfina) Con esta estafa, es fácil vislumbrar el valioso ejemplo de que todo en la vida es posible. Que puedes llegar al deshonor más dulce para sobrevivir y al pecado más ruin para enriquecerte. P. D: Me han dicho que hay una segunda parte titulada " Los colores del incendio" me gusta el título, seguro que lo leeré cuando tenga frío. Pierre, merci beaucoup!!!


Nos vemos allá arriba Novela que fue premiada con el Goncourt en el 2013. Pierre Lemaitre deja a un lado la novela negra para contar una historia que empieza al final de la Gran Guerra de 1914-18. Todo comienza solo unos días antes del final de la guerra cuando un ataque absurdo a la cota 113 ordenado por el teniente Pradelle pone en juego la vida de sus soldados. Dos de ellos, Albert y Édouard, salen muy mal parados. Lemaitre describe con acierto la situación trágica de los excombatientes después de la guerra. Estos dos elementos, Albert y Édouard, con orígenes totalmente opuestos, que se han librado de la muerte milagrosamente, tienen muchas dificultades para sobrevivir y montan una historia de dibujos, máscaras y monumentos de pega al mas puro estilo ibérico. Cuando la necesidad manda la pillería traspasa fronteras. Un teniente Pradelle que acaba la guerra muy chulo, como si la hubiese ganado él. Se monta un negocio con toda la pinta de sobrepasar la decencia, pero el tío es mu echao pa l’ante a ver quién lo para. A grandes rasgos este es el comienzo de esta extraordinaria novela de Lemaitre donde pone toda su capacidad para contar historias llevando al lector a situaciones tanto trágicas como cómicas. Entre la cantidad de personajes secundarios, la mayor parte geniales, necesarios para dar a la trama sus giros sorpresivos, destaca un funcionario de la vieja escuela, insobornable, increíble. Siendo parte de la historia basada en hechos reales, para descubrir el pastel puede que alguien se pareciese a ese hombre. Como complemento un comentario sobre los cementerios. En Francia hay 265 necrópolis militares donde reposan 740.000 cuerpos de soldados de los cuales el 88% son de la primera guerra mundial. Al contrario de otros países, Francia decidió reagrupar todos los cuerpos enterrados en cementerios durante la guerra, así como los que quedaron en los campos de batalla. En cuanto a los monumentos hacia los caídos en la guerra, hay más de 40.000. No es raro encontrar monumentos en rotondas o placas con los nombres de los caídos. Estos monumentos se cuidan y cada 11 de noviembre se hace una ofrenda en memoria.


Gran historia. Sorprendente, por momentos emocionante. Tiene un gran ritmo, invita a seguir leyendo. Primer lectura de este autor y me dejó un gran sabor.


Lemaitre no defrauda, es un mago con la pluma y te atrapa. Muy recomendable la lectura, forma parte de una trilogía y en la segunda historia ando inmersa.


Novela atrapante, entretenida y de fácil lectura. La forma en que esta narrada es interesante y el nivel de la prosa alto, la cual la hace apta para lectores más exigentes que quieran una lectura ligera. Su principal fuerte es sorprender, la mayor parte de los sucesos no son ni obvios ni previsibles y como lectora lo agradezco. Si bien toda la novela me pareció buena, creo que las partes relacionadas con Pradelle y la familia Pericourt son mucho mas interesantes que aquellas donde se narra la vida de Albert y su amistad con Edouard que por momentos se torna reiterativa y algo tediosa. Me recordó a la también ganadora del Premio Goncourt, Las grandes familias, de Maurice Druon. A diferencia de lo que ocurre con la trilogía de Las grandes familias, donde el nivel cae estrepitosamente de un volumen al siguiente, esto no ocurre con la segunda parte de Nos vemos allá arriba, Los colores del incendio, que en mi opinión es digna continuación de la primera. La historia tiene un final concreto, no obliga a la lectura del siguiente volumen, que para mí es importante dado que muchas veces no quiero embarcarme en la lectura de largas sagas. Es la primer obra que leí de Lemaitre y la comencé sin tener ninguna expectativa previa, pero se que otros lectores que ya conocían la obra de Lemaitre, o tenían altas expectativas por haber leído críticas, recibido recomendaciones, o por ser ganadora del Goncourt se que se han visto decepcionados. “… Así que bastante vulgar, pero un héroe. En la buena sociedad, los héroes son como las mujeres guapas, siempre se necesita a unos cuantos. Y en una época en que era difícil encontrar hombres de su edad a quienes no les faltara al menos una mano o una pierna, cuando no ambas cosas, alguien como él resultaba bastante decoroso.”


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