NOCHE DE ALACRANES

La primera vez que leí este libro fue para una tarea del colegio, y yo debía tener unos 14 años; hasta ese momento, no me sonaba para nada la palabra 'maquis', que eran aquellos guerrilleros que se refugiaban en las montañas durante la Guerra Civil española. Al transcurrir la historia en el norte de España, el autor ha descrito un rasgo muy característico de la zona de aquel tiempo, y es la represión de las emociones, ya fueran buenas o malas, para que no te vieran vulnerable y con la guardia baja. En una época como aquella, entiendo que hasta un simple chiste podría ser motivo de sospecha de pertenecer al 'bando equivocado'. A pesar de que las cosas que suceden son angustiosas, la novela transmite una sensación de complicidad entre los maquis y Delgadina, algo verdaderamente extraordinario porque, como se dice también en la novela, apenas había mujeres maquis, y mucho menos menores de edad. Sin embargo, a pesar de que por ese lado la historia pueda resultar inverosímil, es un acierto hacer de Delgadina la protagonista, ya que la conocemos en su vejez y en su juventud. En su vejez, se nos presenta como una mujer que no quiere ser el centro de atención a pesar de su fama; es decir, Delgadina podría ser cualquiera de las ancianas que vemos a diario, solo que no conocemos qué historias tienen detrás. En su juventud, y a pesar de la época, los adolescentes que lean la novela podrían sentirse de alguna forma identificados con sus ilusiones y planes de futuro. Es un libro recomendable para aquellos jóvenes que quieran empezar a aprender un poco más acerca de la historia de su país