Cuando en los años sesenta José Jiménez Lozano inicia la publicación de sus artículos en el semanario barcelonés Destino, los encabeza con la denominación Cartas de un cristiano impaciente. Esto es una manifiesta declaración de sus intenciones, porque las cartas sin adjetivar, las cartas-cartas, sólo se escriben a los amigos. Probablemente en aquellas fechas José Jiménez Lozano intuiría la trascendencia que esta denominación tendría en su obra yen su vida.