En siete mil millones de años nuestro Sol se convertirá en una nebulosa planetaria y luego morirá. Las nebulosas planetarias son estrellas en su proceso final de evolución; al estudiarlas conocemos el futuro del Sol y de gran parte del universo. Si tomamos un telescopio pequeño y apuntamos al cielo, el objeto celeste más hermoso con el que nos toparemos seguramente será una nebulosa planetaria. Silvia Torres y Julieta Fierro nos relatan la manera en que los astrónomos han logrado desentrañar las cualidades de estos cuerpos celestes.