En la Galicia de 2010, Año Santo Compostelano, este IV XACOBEO LABORAL, en cuanto Seminario de Estudios Laborales, quiso ser, como ya lo habían sido sus tres anteriores (1993, 1999 y 2004), un paso más ?sencillo, humilde, mínimo acaso, pero serio y responsable- en ese Camino de búsqueda del ser de Europa que es la obra y el afán de todos los Caminos de Santiago. Un afán de vuelta a las raíces de la justicia social para mantener vivificado el Sistema de Relaciones Laborales; en este caso, en cuanto al tratamiento jurídico de los difíciles equilibrios a realizar para que se logre, en el orden real, efectivo ?y no sólo nominal? la igualdad de oportunidades en el trabajo y ante la Seguridad Social entre hombre-trabajador y mujer-trabajadora. La fundamentación constitucional es clara y terminante, tanto en España y en Europa como en los demás países que se asientan en la Cultura de Occidente, en cuanto ésta se conforma en el mensaje de Pablo de Tarso: «Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos vosotros sois uno, en Jesús, el Mesías». Así se recordó en el solemne y emotivo Acto de Invocación al Apóstol Santiago. Y tal fue el punto de partida ?no discutido? de todo el Seminario. Con lo que éste pudo liberarse de los laberintos del poder y de la sumisión en las relaciones entre hombre y mujer, y centrarse en el examen técnico del acierto y de los efectos de las medidas que fijan la corresponsabilidad de la mujer y del hombre en el cumplimiento de las funciones familiares y, con ella, de la conciliación de la vida familiar y el empleo. Las Ponencias y las Comunicaciones que expusieron, defendieron y ampliaron los 37 especialistas que las tomaron a su cargo, junto con la ayuda oral de los demás partícipes en los debates (en total, 117 sujetos activos), al desmenuzar el tema general han establecido doctrina sólida y criterios fértiles con base ?siempre? en la norma constitucional y en la legal, en las resoluciones judiciales de aplicación y en el marco abierto del Derecho comunitario europeo. Tan amplio abanico de estudios monográficos se articula en el tronco doctrinal común que recuerda y expone la Introducción. Cualquier síntesis conclusiva sería, pues, impropia. El interés del tema y su actualidad polémica, así como la claridad de estilo y la profundidad de pensamiento de todos los autores, merecen la lectura directa y personal.