Francisco Umbral es una de las figuras más destacadas de los últimos treinta años de la literatura española. Se ha dedicado a la literatura con pasión absoluta, rehén gozoso de lo que él mismo ha llamado 'la escritura perpetua': la escritura como forma de afirmación, como forma de vida. 'Mortal y rosa' está considerada por muchos críticos como la mejor obra de su autor, como una de las piezas magistrales de la prosa narrativa contemporánea de su vida, en 'Mortal y rosa' encontramos la interiorización de la experiencia, la visión íntima del mundo, la perspectiva lírica, el 'poema en prosa de mi vida' del que habla el autor, a la vez que la puesta en práctica de lo que el mismo Umbral ha llamado la 'memoria simultánea'. Aunque el estilo de 'Mortal y rosa 'es lírico o ensayístico y casi siempre grave y elevado, existen momentos en los que se rompe ese sistema, apareciendo entonces el profundo nihilismo del libro, la desesperación de raíz que lo habita y lo nutre.
¡Cómo se nota que Francisco Umbral era poeta!. Brillante. La vida. El cuerpo. Las partes del cuerpo que conocen la vida, las que la crean. Las vivencias pasadas y presentes. La muerte. Cuando Pincho llegó a este mundo, abriendo las puertas de la felicidad, también abrió los ojos de su padre a un mundo más vívido. ✍️ "Nunca llevamos a un niño de la mano. Siempre nos lleva él a nosotros, nos trae". La presencia de Pincho, y después su eco, provocan mil formas de decir te quiero. Desde la palabra de un padre, desde el silencio generado, desde el diario visual que, a veces, le narra a esos ojos que ya no pueden sentir porque se cerraron para siempre. El mecanismo de la vida y de la muerte. Ese sonido denso dejado por la ausencia de sonido y de movimiento. Respirar a medio pulmón, y a inspiraciones cortas, porque ya no puedes respirar un aire que ya no trae juegos, que ya no te rodea con sus brazos de viento. Y aborrecer tu cuerpo porque sigue estando cuando él ya no está. Pero alimentarlo porque sigue su vida en ti. Abandonarte a tu propio deterioro significaría desvanecer su recuerdo. Es necesario tu cerebro para recordarle. Son necesarios tus pasos desde que puso sus piececitos sobre tus zapatos. Y son necesarios tus ojos para continuar mostrándole la vida que sigue tras su partida. Aunque la gangrena se te quede dentro y la brisa te traiga olor de manos coloreadas, de la ropa calentada para un invierno que ya no será nunca tan próximo, aunque este sol ya no ilumine sus cabellos, seguirás dando pasos porque él puso sus pies sobre los tuyos.
Obra muy profunda. Totalmente recomendable, hablando de los sentimientos humanos, de la decadente sociedad y del vacío ante la muerte de un ser querido.