«Jacques Leonard fue uno de esos seres cuya vida es una aventura permanente, pero que pasan por nuestro lado sin manifestárnoslo.» Fótografo, cineasta, escritor y aventurero, Leonard falleció en el barrio barcelonés de La Mina, dejando a su alrededor grandes incógnitas sin resolver, y condenando al olvido un legado imprescindible que ha permanecido almacenado durante quince años en un trastero. Por una serie de circunstancias fortuitas, Jesús Ulled conoció a Santi Leonard, hijo de nuestro personaje, que le hizo llegar un manuscrito que había dejado su padre, para averiguar si había forma de publicarlo. Estas pocas páginas autobiográfi cas eran tan fascinantes, que la curiosidad llevó a Ulled a querer investigar para ampliarlas y convertirlas en la novela de una vida.