Narración delicada y conmovedora de los últimos años en la vida de una mujer que zozobra en la senilidad, Mi madre es probablemente la novela más bella, emotiva y personal de Yasushi Inoue. En unas páginas autobiográficas inolvidables, Inoue plasma con sobrio lirismo la muerte de su madre, así como el previo e imparable proceso que la lleva a desvanecerse en vida, a fallecer de mil pequeñas maneras antes de cruzar los umbrales definitivos de la desaparición. El acercamiento de autor japonés al tema es de gran sutileza, dejando espacio y tiempo a los hechos, los detalles, los pequeños momentos, que brillan aquí y allá a lo largo de ese declive, otorgándoles una humilde solemnidad.
Es un libro bellísimo. Inoue narra episodios de los últimos años de la vida de su madre de una manera delicada y sutil, pero profundamente conmovedora. Son 15 años, desde la muerte del padre, durante los cuales el deterioro mental de la madre aumenta día a día y sus hijos, nietos y bisnietos se van convirtiendo en espectadores que poco o nada pueden hacer. Ese mundo, desconocido para todos, en el que su madre parece vivir ahora, la manera como tal circunstancia afecta la vida de todos y las emociones que los acompañan mientras su madre los va abandonando en vida, mientras su cerebro va borrando recuerdos, momentos y personas, hasta olvidaros a todos, es absolutamente comedor y maravillosamente narrado.
(...) en las columnas de los templos antiguos las zonas blandas de madera se carcomen con el paso del tiempo y acaban desapareciendo y sólo se conservan las vetas más duras. Con la gente mayor debe ocurrir algo parecido: los recuerdos alegres se borran y sólo perduran los malos.
Cuando un anciano regresa a su juventud, el pasado desaparece (...) Lo ideal sería que desapareciera por completo, pero el problema es que algunas partes no se eliminan del todo. El cerebro borra lo que no nos conviene y conserva sólo lo que nos interesa.