Los aztecas gustaron mucho de la historia y se dedicaron a ella con notbale interés. A pesar de no contar con una escritura alfabética, realizaron una labor de recopilación de su pasado a través de los códices. Éstos eran ilustrados con dibujos, a los que se sumaban símbolos jeroglíficos. Desgraciadamente, la inmensa mayoría de esos bellos códices fue destruida y hasta nosotros ha llegado un escasísimo número que se ha convertido en auténticos tesoros.