Un nuevo y entretenido caso de la inspectora Petra Delicado y el subinspector Fermín Garzón. Alguién envía a la inspectora Delicado unos paquetes con un contenido muy peculiar: penes amputados. Junto al subinspector Garzón se dará cuenta de una realidad monstruosa: los envíos no son producto de una mente perturbada ni de un enajenado, es algo de proporciones mucho más inquietantes...,
Tercer libro de la saga Petra Delicado, que inicia con ella ofreciendo una entrevista en la televisión, como imagen de la policía de Barcelona, lo que la lleva a recibir multitud de cartas y paquetes de admiradores. Entre estos paquetes le comienzan a llegar penes y es así como empieza un nuevo y complicado caso para la dupla Delicado-Garzón, pues hay penes, pero no hay cadáveres que correspondan a estos ni reportes de castración. Una vez más, deben recurrir a todo su ingenio. Y esta vez sus aventuras los llevarán incluso a Rusia...
Buena novela de la serie de Petra Delicado. Un tema truculento adornado con el humor de los diálogos de los protagonistas.
Truculenta en el asunto que nos trae suavizado por la presencia de Petra Delicado y Fermín. Aunque parezca mentira hasta me he divertido.
Qué bien me lo he pasado releyendo este libro! Tengo muy mala memoria así que le puedo permitir el lujo de volver sobre lo leído hace unos años. Esta obra de la serie Petra Delicado tiene los ingredientes que le agradan en la novela negra: una inspectora con labia y presencia para disfrutar de su discurso, un acompañante, Fermín, diferente e interesante en su personalidad y una trama bien urdida y con garra. Os lo juro, a pesar de lo truculento del tema, le he divertido mucho con la lectura. Alicia Giménez Barlet es una escritora magnífica y en este libro lo vuelve a demostrar.
Nos encontrábamos varados como una bicicleta en la arena, como un carro en un lodazal. Las sospechas que incluyen un radio amplísimo son el enemigo mayor de cualquier investigación.
-Es fácil para nosotros, inspectora. Nosotros estamos en la luz, vivimos en ella. Pero estos jóvenes pertenecen ahora a otra parte, y sólo son mensajeros de la oscuridad.
Observé su bondadosa cara. ¿Por qué un hombre tan encantador como él tenía que tratar con muertos pudiendo hacer las delicias de cualquier paciente? ¡Ah, la vida era así, todo parecía dispuesto para funcionar al revés!