Ángela Edo nos tiene acostumbrados a relatos novelados que llevan engarzadas a lo largo de su fluir lecciones inestimables destinadas a los que saben valorarlas. En este MENSAJE ÁUREO DEL TIEMPO prescinde de esta técnica y se atiene a envolver los pensamientos en tenues cendales de fantasía que no coartan su vuelo. Tras un atrevido salto y manteniendo los ojos abiertos, no vacila en sumergirse en las aguas más profundas del espíritu.