Sinopsis de MEMORIAS DE ADRIANO

Un emperador romano se inclina sobre su pasado: el poder, las conquistas, los turbios episodios palaciegos, las horas de triunfo y de peligro... Adriano cuenta su propia historia y poco a poco el César va dejando asomar al hombre, su atormentada intimidad, su secreto, que habría de fijarse en estatuas, en poemas, en templos. Bajo la forma de una autobiografía imaginaria minuciosamcnte fundamentada en la realidad histórica, Marguerite Yourcenar reconstruye un tramo espectacular del gran pasado clásico.La autora cuenta que una vez encontró, en una carta de Flaubert, esta frase inolvidable: 'Los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en que el hombre estuvo solo'. Es el momento que inmortaliza su Memorias de Adriano.

49 reseñas sobre el libro MEMORIAS DE ADRIANO

Memorias de Adriano es una larga epístola escrita por el emperador a su nieto Marco Aurelio, por lo tanto el incauto lector debe saber que la novela no contiene diálogo alguno. Todo es narración pura, densa y dura. Otra cosa es la enorme calidad de la misma. Tampoco los amantes de épicas batallas, arengas y tramas envolventes vamos a saciar nuestra enfermiza necesidad de vísceras, sangre y tensión narrativa. No pretendo alejar a nadie de semejante obra maestra pero si dejar claro lo que se va a encontrar y evitar que alguien se llame a engaño. Por mucho que Yourcenar utilice la primera persona del singular no podemos considerar que estemos ante una autobiográfia novelada ya que no es Adriano quien nos habla, sino la extensa documentación, las licencias y la pasión por el personaje de la autora belga, y curiosamente el gran acierto es que lo parezca. En realidad, y por ello transciende, la obra de Yourcenar es todo un compendio de filosofía, gobierno, amor, poesía, amistad y sucesión, cuestiones sobre las que reflexiona el divino Adriano en el otoño de su vida cuando la muerte empezaba a enseñarle los dientes. En este contexto, es decir, ficción histórica, el libro es inmenso. Ya no solo por la belleza que imprime Marguerite en cada sombra, duelo o pensamiento sino también por la asombrosa inteligencia que derrama letra a letra en cada una de las páginas de este texto, digno o incluso por encima de los grandes clásicos que habitan en el olimpo de los dioses. Pero reconstruir la vida de cualquier personaje de la edad antigua implica asumir riesgos y más cuando se trata de una figura tan controvertida como la del "heredero" de Trajano. En lo fundamental estoy muy de acuerdo en lo oportuna y crucial de la política conservadora del emperador al que muchos tildaron de cobarde por frenar el ansia de conquistas que no supo parar su primo. Reagrupar y reforzar fronteras y buscar acuerdos para favorecer el comercio fue sin duda su gran virtud en una Roma que sólo se alimentaba de guerras. No creo la relación sexual que otros autores le atribuyen con Plotina (mujer de Trajano) pero si estoy convencido de que ella tuvo mucho que ver con su "nombramiento" si es que lo hubo de forma lícita. La orientación sexual de nuestro protagonista y su falta de descendencia amparan mi tesis. Aquí me alineo a pies juntillas con la postura de Yourcenar pero disiento sin embargo en lo siguiente: Adriano si ordenó la muerte de los más fervientes aliados de su predecesor, y lo hizo con órdenes precisas. No es plausible hacernos creer que cuando solicitó la eliminación de Nigrino, Quieto y compañía su sicario malinterpretara sus órdenes. En Roma las órdenes eran precisas y quien las incumplia, moría. A su esposa Sabina la culpa de ser el fracaso de su matrimonio, dulcificando en exceso, su comportamiento como marido. No obstante, a la pregunta de con cuál personaje famoso tomarías un café sin pensarlo diría que con Marguerite Yourcenar para discutir estos temas. Por si algo le faltaba a la novela no me olvido de la excelente traducción no intrusiva de Julio Cortázar que es como poner la mejor tinta a la mejor pluma. Novela histórica muy distinta a lo que nos ofrece el género hoy en día. Para leer con los cinco sentidos y disfrutar de la majestuosa hermosura impresa en cada línea. Un libro que se respira y que te ofrece intensos orgasmos literarios. ¡Abandonaté! Un sueño imposible: ¿ Os imagináis un aut@r con el verbo de Yourcenar y la tensión narrativa de Posteguillo? P.d. No olvidéis leer las notas finales, son muy interesantes.


Me maravilla haber disfrutado tanto de un relato preciso, producto de una vasta investigación por parte de Yourcenar quien  nos presenta toda la vida de un personaje genuino, memorable, mítico,que representa una etapa de la historia y una civilización sobre la que se sustentan buena parte de la historia de la humanidad: Adriano el emperador, el sucesor de Trajano,  erudito, disciplinado,estratega,ambicioso, viajero, apasionado, contradictorio.  Como si de una larga confesión se tratara,Adriano escarba en lo más recóndito de su memoria y describe con la misma pasión tanto  sus incursiones bélicas, su amor por la lectura y el conocimiento más diverso, como sus episodios más pasionales a lo largo de su vida.  Describe su gloria  así como su ascenso militar, político, social. Fue soldado antes que emperador y actuando en primera linea de batalla plantando cara y avanzando siempre, con astucia, sin miedo.  Un personaje justo, honorable, ecuánime, valiente y en ocasiones , también despiadado.  Me ha gustado tanto el relato como el método narrativo. Yourcenar te deja pasar, acomodarte, te hace cómplice y disfrutar tanto como ella de esta obra edificada tras tres décadas de estudio del personaje, de su contexto, de su análisis y reflexión para regalarnos esta joya literaria.  Al final, sólo cabe mi admiración y emoción sentidas ante este brillante relato al que no le falta ni le sobra ni una coma. 


Quienes han leído mis otras reseñas saben muy bien que me gusta muchísimo la historia y, principalmente, la Romana, por lo que es claro que frente al presente libro, apenas verlo, surgió un sentimiento de aprecio que no se ha visto decepcionado. Pienso que el texto posee dls aspectos fundamentales que lo han hecho un libro perdurable y siempre bien calificado. Como primera medida, presenta un contexto histórico muy bien fundamentado, en el cual se muestra la forma en la cual se encontraba el imperio Romano en ese momento, en donde ya habían pasado dos dinastías dentro del poder “imperial” y el crecimiento territorial ya había llegado a su máximo esplendor. Se muestra cuáles eran las peripecias que tenía que enfrentar un emperador y todos los demás funcionarios públicos para poder manejar cada rincón de ese imperio; los viajes que tenían que hacer; las concesiones que debían realizarse; la mano dura que tenía que emplearse. Desde el punto de vista religioso, nos muestra cómo fue permeando esa religión monoteísta, pero también que, al haber llegado a tan lejanos territorios, cómo tenía que aceptarse los diversos puntos de vista que tenían las diferentes culturas. Como segunda medida, muestra cómo era la vida particular de un emperador; la forma en la cual este debía actuar frente a las demás personas en público y en privado. Ahora, no se trata de cualquier emperador, sino de uno de los más queridos según las fuentes que nos han llegado. Adriano quiso ser como Alejandro Magno, quien, a pesar de su potencial militar, prefirió siempre absorber culturalmente a quien invadía y permitirle que se anexara pacíficamente a su mando. Quiso hacer crecer aquellos lugares a los que llegaba a través de la construcción de estructuras que representaran la cultura Romana, que ya era mundial, pues pensaba que esa era la forma que tenía para que el imperio Romano fuera perdurable. Para ello, también, pensó que debían imponerse unos límites, pues era imposible seguir extendiendo el imperio porque eso posibilitaba las insurrecciones. Resultó aún mejor constatar cuál era la forma de pensar de este “princeps”, porque, de alguna u otra forma, permite vislumbrar las razones por las cuales sus sucesores, y hablo claramente de Marco Aurelio, pudo haber llegado al poder. Fueron, más que líderes, pensadores que propiciaron la grandeza de una ciudad y de una cultura, que, a través de sus actos, mostraron cómo se ejerce en forma cabal el arte de gobernar. Salvo el capítulo de la edad de oro, el cual me resultó soso desde el punto de vista de los acontecimientos que se narraban, me gustó mucho el libro.


🟦⬜🟥 Ha sido como un refrescante baño que me ha limpiado el polvo de una lectura anterior, como el viajero se desprende de los polvos acumulados en el camino de un largo viaje. Sí, una lectura donde Adriano aparece como un personaje maquiavélico, perturbado y perturbador, hambriento de poder, conspirador, malvado y de poco fiar. Al fin Yourcenar nos presenta esa imagen de hombre sereno, que acapara mucho poder como emperador pero es incapaz de desprenderse de esa pátina de tristeza y soledad que lo envuelve a pesar de los pesares. El de Marguerite es un Adriano humano, refugiado en el recuerdo en su único amor verdadero, el de Plotina, mujer de Trajano. Es un novela tierna, que te incita a reflexionar sobre el ser humano, que el poder no es nada si te aleja de los sentimientos verdaderamente humanos. Definitivamente me quedo con este Adriano, con el humano y no con el divino ahíto de odio y rabia. Como muchos de los dioses fruto de la imaginación de los hombres.


En esta novela, Yourcenar reconstruye la biografía del emperador y el contexto histórico en el que surge y se desarrolla, pero también recrea un modo de ver el mundo y las formas en las que una mente como la de Adriano se relaciona con él, es decir, una filosofía de la vida.


MEMORIAS DE ADRIANO - Marguerite Yourcenar Si tuviera que definir este libro pudiera hacerlo como una autobiografía novelada. Yourcenar se mete en la piel del emperador Adriano para darnos una visión de su vida y su pensamiento en base a todo el profuso estudio realizado entorno al personaje durante varias décadas. Este monólogo interior se plasma en una larga misiva a su sucesor, Marco Aurelio. Es cierto que en algunos pasajes a falta de certeza, novela, y con ello sienta las bases de lo que a mi parecer debe de ser una novela histórica: rigurosa en cuanto a lo conocido y con anclajes o columnas sólidas en cuanto a lo desconocido, de tal forma que genere un argumento o una hipótesis creible. A pesar de todo lo expuesto, o mejor dicho, además de ello, me he sentido fascinada por la construcción literaria en la que la filosofía de Adriano entre el estoicismo y el epicureísmo deslumbra a través de su amor a Grecia. De la visión del mundo religioso del Imperio Romano que ejerce una tolerancia de aceptación y de la dificultad de mantener la paz en su Imperio cuando se trata de negociar con fanáticos convencidos de estar en posesión de la única verdad. Sin duda el pasaje dedicado a Jerusalén es su mejor reflejo. A través de la pluma de Yourcenar, Adriano se desnuda y muestra su dolor por la muerte de su amado el joven Antínoo, al que llorará hasta el fin de sus días y con ello vuelve sublime el amor, como sublime es su concepto de la amistad cuyo máximo exponente se refleja en la emperatriz Plotina, la esposa de Trajano. Magnífica su exposición de motivos de Marco Aurelio como sucesor, el emperador filósofo: "Creo dar a los hombres la única posibilidad que tendrán jamás de realizar el sueño de Platón: ver reinar sobre ellos a un filósofo de corazón puro". Termino con la frase de Flaubert que Yourcenar menciona cómo el impulso de su libro en las notas sobre él: "Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que sólo estuvo el hombre". A tener en cuenta, mi libro tiene la traducción de Julio Cortázar.


“Memorias de Adriano” es uno de esos libros que terminan por dejarnos ese sabor de querer conocer más y el tema de la historia romana antigua parece ser una veta en la que podemos sumergirnos y salir siempre satisfechos. Escrito con una prosa que la aproxima a la poesía, este libro nos presenta la vida y reflexiones del emperador Adriano, quien se constituye en uno de los gobernantes más importantes de la antigua Roma. Sucesor de Trajano, Adriano se nos presenta como un emperador romano admirador profundo de la cultura griega con un planteamiento muy claro en cuanto a lo que él espera de su propio gobierno y del Estado romano. “Memorias de Adriano” es considerada como una de las mejores novelas históricas del siglo XX por su rigurosidad y calidad, no solo literaria sino también de fuentes históricas ya que está basado en una exhaustiva investigación hecha por la autora sobre el personaje central. Publicada originalmente en 1951, y utilizando la primera persona Adriano nos relata desde su propia perspectiva su ascenso al poder, sus directrices políticas en el imperio y sus relaciones personales y amorosas. Quizás el capítulo más recordado sea el cuarto, titulado “SAECVLUM AVREVM” en la que se relata su relación con Antínoo, a quien llega a convertir en dios luego de su muerte. A lo largo de sus páginas, la novela nos presenta una multitud de personajes históricos de importancia: Trajano, Plotina, Atiano, Borístenes, Antínoo, Lucio Elio César, Sabina, Serviano, Arriano, Antonino Pío y el propio Marco Aurelio. Todos ellos están retratados desde la perspectiva de Adriano y hace que nos acerquemos a la complejidad de la sociedad romana antigua. El último párrafo de la novela es particularmente especial pues nos presenta un poema atribuido al propio Adriano: “Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño” que es una despedida serena de quien es capaz de mirar hacia atrás y estar complacido por todo lo vivido. Un libro altamente recomendable, aunque, a decir verdad, su lectura se hace lenta por momentos y en ocasiones es abrumadora en cuanto a las reflexiones personales. A pesar de ello, o quizás por ello mismo, es un verdadero gusto el sumergirse en la historia romana a través de un libro tan bien escrito.


Este libro lo leí por recomendación de Dina Oltra y me gustó por diferentes motivos: me sirvió para ampliar mi mirada de época a la 3° dinastía de emperadores romanos y que reforzó lo que disfruto de la novela histórica; además, es muy interesante la construcción novelada de la historia personal, sobre la mirada de la vida y de la muerte. Muy recomendable.


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