Sinopsis de MARINA

Historia urbana de misterio sobrenatural, donde los protagonistas van y vienen detrás de rastros, lugares misteriosos, casonas deshabitadas y jardines abandonados, papeles anónimos, entrevistas y finalmente las confesiones de personajes secundarios. En la Barcelona de 1980 Óscar Drai sueña despierto, deslumbrado por los palacetes modernistas cercanos al internado en el que estudia. En una de sus escapadas conoce a Marina, que comparte con Óscar la aventura de adentrarse en un enigma doloroso del pasado de la ciudad. Un misterioso personaje de la posguerra se propuso el mayor desafío imaginable, pero su ambición lo arrastró por sendas siniestras cuyas consecuencias debe pagar alguien todavía hoy.

186 reseñas sobre el libro MARINA

Tal vez me este haciendo mayor y vea retazos de algunos clásicos donde no los hay. Marina me partio el alma, como annabel lee se la partio a poe. Marina en el pais de los horrores, viaja al centro de la nada con un principe, oscar que no lo es. Un cuento de misterio, con persoajes increibles, imposibles, miserables y tetricos. Zafón crea un almacen de los horrores, un teatro habitado por el fantasma de los titeres y unos tuneles llenos de hedor, trozos, miseria y muerte. Su lado mas gótico en plena efervescencia, mezclado con su prosa mas sutil y unos personajes muy bien trabajados. Para sus apenas 200 paginas, esta novela a ratos juvenil y adulta, esta llena de grandes y pequeños detalles. Para los que hemos leido la saga del cementerio de los libros olvidados, lógicamente, se nos queda corto, pero esta muy por encima de otros libros de misterio t terror juvenil.


El sentido común se adhiere a todas las heridas que me han cosido estas páginas, estas palabras, se asoma al vacío que creía escuchar aullando, como bestia dolorida, dentro de mí y se atreve a invitarme a probar un nuevo plato de buen gusto; «Marina», una magnífica obra que por más que haya encontrado un final para el destino que preparaba para la muerte al amor de la vida de un niño que encontró refugio en su mirada, en sus paseos, en sus largas tardes en la plaza, en la playa donde su padre dibujaba su silueta y fueron esparcidas sus cenizas, nunca podrá coger polvo en un hueco fijo de la biblioteca, siendo aislado y olvidado y convirtiéndose en uno de tantos libros, porque siempre habrá un escritor, un lector, un solitario corazón que vuelva a abrirlo en largas noches de insomnio junto a la chimenea y lo lea con el mismo entusiasmo con el que un niño abre los regalos de Navidad. «Marina» es, sin duda, un regalo de una mente prodigia y unos dedos que imagino deslizándose sencilla y velozmente por las teclas de una máquina de escribir que vive ahora como uno de aquellos monstruos a los que Kolvenik dio vida, tras una vitrina, con el peso de un recuerdo que lleva a cuestas cual bóveda partida entre los escombros de una ciudad desconocida para Óscar Drai quince años después de realizar su primer trabajo como arquitecto, una promesa al gran amor que ilumina el cielo para él como si sus dedos se hundieran en las nubes y construyera su casa en su lugar favorito, porque el amor no se olvida, el amor es un fantasma doloroso que baila con nosotros en las madrugas en las que el insomnio y el llanto ocupan nuestro colchón y nos sentimos extraños, dóciles y bestias encadenadas a un fino hilo transparente que acaba en balas de mercurio que nos convierten en pólvora envenenada en nuestra propia habitación. Es una obra que engloba la tristeza y la soledad que sucumbe al artista al mismo tiempo que resalta la ira y el ego que le mantiene vivo, candoroso, hiriente, acongojado y delirante entre las rejas que enjaulan a su mente antes de que se dé cuenta de que está atrapado en el recuerdo del pasado, en el torreón de una mansión que arderá en llamas, en un viejo teatro que fue construido para acoger su gran actuación o en un estudio donde no deja de dibujar retratos del amor; una ventana a la tristeza, un muro hecho de papel que parece infranqueable hasta que lo tocas y sucede aquello que nunca creías que sucedería; se abren las puertas de un mundo paralelo que estaba a milímetros de tus pies, deseando que pisaras el césped y acariciases a un gato pardo que te guiara hasta el letargo de un vago insomnio en el que aún te encuentras devorando las páginas de una promesa inacabada que se llevó consigo la protagonista. Existe un «antes» y un «después» de la lectura de esta brillante obra y respuestas que, como dice Óscar Drai, nunca formaron parte de la resolución de su enigma y por tanto, del nuestro como lectores y un lapso recuerdo de una Barcelona a medio construir, que volveremos a pisar o pisaremos por primera vez y sin quererlo nos trasladará al barrio viejo, a un caserón inexistente lleno de cuadros que parecen tener vida propia y duende en la mirada aunque sólo se hayan quedado en palabras de una novela y nosotros, sin palabras para explicarnos qué buscamos mirando continuamente hacia atrás como si el fantasma de una bailarina famélica que cubre su rostro desfigurado con un velo negro nos persiguiera, como si nos parasemos a preguntar si el amor es aquello que sólo puede dejarse escrito, porque es tan intenso que realmente no hay corazón que soporte tanta belleza, como si la vida pasara y fuéramos incapaces de vivir el instante porque, como Blau, Shelley, Kolvenik y yo, sólo pensamos en aquella frase que tantas dudas y sigilo creó: Germán es un artista, los artistas siempre viven en el futuro o en el pasado, nunca en el presente. Seguida de una pregunta lógica de Óscar hacia la sabia Marina que sin retardo respondió: yo soy su mejor recuerdo. Y es tan cierta como la inmensidad del océano. Pero quizá también sea cierto que los artistas somos simples recuerdos de un pasado que no hemos vivido y aventuras de un futuro inquietante que nos persigue como la sombra que tanto ansiamos ver aunque nos aterre descubrir lo que esconde. «Marina» es el símbolo de pureza que necesita todo escritor para disponerse a escribir un nuevo relato, un pequeño poema, una carta de amor o la historia de un barco tan tocado como su corazón y tan hundido como el recuerdo de una mujer a la que, cuando empezó a amar, supo que nunca dejaría de hacerlo... Como Kolvenik a Irinova, como Óscar a Marina, como Germán a la madre de su hija, como el artista que alimenta su imaginación con todo aquello que nunca ha vivido, porque como dice Marina, sólo recordamos lo que nunca sucedió.


La enfermedad y en especial la muerte, siempre han sido un desafío para el ser humano, donde el padecimiento o esa interminable incógnita sobre el más allá, logra fortalecer su espiritu hacia la aceptación y a la valentía desde su cara más humilde, o desdibujadamente desde su lado más oscuro. Oscar quien desde la ventana del internado donde estudia, se embelasa con una casa vecina a la cual ingresa por curiosidad sin ser invitado, y lejos de imaginarse que seria la primera de muchas visitas que vendrían por un buen tiempo,  establece una bella amistad con Germán y con Marina su hija, quienes son los propietarios del lugar. Los dos jóvenes resultan inmersos en una historia paralela, donde el protagonista es Mijail Kolvenik, quien ha dedicado parte de su vida en la empresa Velo- Granell, especializada en el diseño y fabricación de prótesis ( brazos, piernas, etc). Bueno...hasta ahí suena normal, pero con lo que no cuentan los protagonistas ni mucho menos los lectores, es que la presencia de este señor le da un giro inesperado al relato, tomando tintes lúgubres y hasta paranormales, que resultan involucrandonos en situaciones extrañas, eslabones que se van encadenando, gracias a la aparición de una serie de personajes que ayudan en gran parte del descenlace. La verdad sólo me queda por decir que nuevamente el señor Carlos Ruíz Zafón, en este su sexto libro que leo de el, me vuelve a enredar y me hace un personaje más de sus maravillosas historias. Su narración es tan precisa y sencilla, pero a la vez tan elaborada y completa, en cuanto a personajes y mini historias, dentro de una más amplia. Muy recomendado.


Zafón en Marina me habla entre lineas, me cuenta, me explica y yo, boquiabierta, sigo leyendo sin saber que responder, a veces, tengo un mal momento y le digo... ¡basta ya, esto no es serio! y él continúa, sin hacerme caso, sabiendo que me acabará por convencer. Y así es. Marina engancha desde el principio. Entre medias de la novela policíaca, fantástica y de terror nos vamos adentrando en una historia que cuesta ubicar en el tiempo en que se desarrolla. La vivimos desde la ciudad de Barcelona; El Barrio Gótico, El rabal y pasamos por las ramblas, en coche de caballos, con un misterioso cochero y una dama vestida de negro, caminamos hacia un cementerio, un invernadero y el teatro real, siempre bajo un halo de misterio, con descripciones decadentes y atractivas que hacen sentir que vives un sueño. Y todo esto para enviarnos un mensaje más que real o, por lo menos, yo lo entiendo así. Marina dice, "Siempre se recuerda lo que nunca sucedió, aquello que anhelamos con todo nuestro ser pero nunca llega" ¿Qué haríamos para conseguir mantener a nuestro lado a una persona a la que amamos? ¿El dolor de una pérdida podría llevarnos hasta la locura, hasta intentar " hacer el trabajo de Dios…" ? ¿Y, si así fuese, cuáles serían sus consecuencias, valdrían la pena? Mijail Kolvenik es una buena persona, capaz de dar lo poco que tiene sin pedir nada a cambio, sin embargo... No será hasta el final de la historia cuando Oscar lo llegará a comprender, y yo, con él. Un libro Maravilloso. Hacía tiempo que no leía a Carlos Ruiz Zafón, ahora que nos hemos vuelto a encontrar, se ha ido, pero, por suerte, su obra se queda para siempre.


El haber leído anteriormente el libro y saber su desenlace hace que cada palabra, cada frase, queme el alma. Una historia llena de misterios hasta el último momento y desgarradora… es inevitable volver a encariñarse de Óscar, Marina y Germán. Personajes únicos.


¡Una historia encantadora! Me ha fascinado desde el principio al final. Sentí todas las emociones, enojo, tensión, suspenso, asombro, felicidad, ternura, tristeza, en fin. La historia entre Óscar y Marina es muy tierna. El desarrollo no fue predecible ya que yo tenía ideas diferentes sobre el porqué de las situaciones. No le atiné 😅


Está catalogado como literatura juvenil, tiene toques de misterio y fantasía, ambientado en Barcelona en 1980. Es un libro con muchas frases-reflexiones que han impresionado y encantado, he marcado varias muy buenas. En mi opinión está escrito de una forma increíble, la forma de narrar de Ruiz Zafón es muy elegante. Sin embargo, la trama no es para mí, hay elementos que han ido apareciendo que me han sacado de la lectura, y aunque hay momentos que he estado disfrutando, en general, no me ha convencido.


“Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma. Éste es el mío”. Ambientada en los años setenta y con la ciudad barcelonesa de fondo, Zafón lleva a cabo una novela atrapante, de misterio y fantasía, en la que el escenario gótico y sórdido en el que discurre la trama y el aura arcano de todos los personajes te envolverán por completo hasta la última página. Óscar Drai es un muchacho de quince años que vive y estudia en un internado de Barcelona, situado en mitad de un castillo. Él tiene como costumbre, al acabar las clases, burlar el control de portería y escapar del internado para explorar la ciudad que se mece a los pies del castillo. Suele pasar el tiempo que tiene libre hasta la hora de la cena, caminando entre viejas callejuelas y oscuras avenidas. Hasta que en una de sus habituales escapadas clandestinas, una cosa lleva a la otra, y acaba inmiscuyéndose en la vida personal de Marina; una misteriosa joven de 16 años. Ambos comenzarán una aventura trepidante, que no podía acabar de otro modo que no fuese siendo escrita para el deleite de sus lectores. Zafón te atrapa desde la primera página con su prosa bella y absorbente. Conjuga a la perfección el realismo de la sordidez y la oscuridad de los lugares que retrata, con una dosis de fantasía y sobrenaturalidad que hace muy intrigante la historia. Logra llevar a cabo una perfecta descripción de los personajes, haciendo que te encariñes con ellos fácilmente. La relación entre Óscar y Marina es primordial en la historia, aunque no creo que se pueda calificar de “romance”, más bien de crecimiento personal. Ambos se complementan de manera idónea y logran salir a flote, aun estando en las situaciones más complicadas e intrincadas. Por eso considero que la novela habría sido más potente si se hubiese intensificado la relación entre los dos jóvenes y hubiese adquirido más protagonismo en la historia. No me gusta decir mucho sobre los finales en mis reseñas, pero me permitiré decir que cuando terminé el libro, sentí un cosquilleo… como mariposas en el estómago. Un libro muy recomendable, que aunque está catalogado por muchos de juvenil, veo apto para jóvenes de 9 a 99 años. 17/11/2021


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FRASES DEL LIBRO MARINA

A veces, las cosas más reales sólo suceden en la imaginación, Óscar -dijo ella-. Sólo recordamos lo que nunca sucedió.


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