Por encargo de la revista Vogue, el prestigioso fotógrafo Bert Stern tomó una serire de fotografías de Marilyn, en las que la actriz aparece sensual y casi desnuda. Estas nunca fueron publicadas por considerarse demasiado espontáneas, por lo que Stern realizó una segunda sesión con la actriz completamente vestida y maquillada. La muerte de Marilyn tuvo lugar el mismo día que salía la revista que incluía sus fotografías, en 1962. Este libro recoge las mejores 59 fotografías de ambas sesiones y nos muestra una Marilyn más cercana y accesible, alejada de la leyenda en que se ha convertido para generaciones.