Un hombre un poco estrafalario insiste en hablar con Maigret en persona. Él cuenta lo que parece una historia rocambolesca sobre un grupo de hombres que se turnan para seguirlo a todas partes. Maigret pide a Janvier que siga al hombre, pero sin demasiado entusiasmo, ya que no cree su historia. Poco después, ese hombre aparece muerto en una calle de París.