MAFALDA, Nº 5

Mafalda es una pequeña niña que nos hace ver el mundo con humor, desearía que las historia pudiera seguir enseñándonos más del mundo, es tanto lo que me dejo mafalda que nunca será suficiente. Son historias tan cortas y tan entretenidas que podría leerlas todo el día.

Las vacaciones, la vuelta a la escuela, el aprendizaje, los impuestos, todo cabe en un ejemplar de Mafalda, todo da motivos para el humor con reflexión, y para disfrutar gracias a Joaquin Lavado, una y otra vez. y seguir sonriendo,

Nos dejamos llevar por Mafalda en su mundo idealista? Quizás hoy sería una feminista conocida que nos hace ver con humor, una realidad que no es tan distante a la realidad actual.

El 29 de septiembre de 1964 Mafalda aparecía por primera vez en Primera Plana, quedaba establecida la centralidad del personaje infantil —la tira llevaba su nombre— y definidas sus características y el lugar que ocuparía en la familia. En la primera tira, era la niña la que interrogaba a su padre sobre su bondad. Esto invertía la situación en la cual eran los adultos quienes solían preguntarles a los niños si eran buenos. La respuesta del padre ponía en juego un razonamiento reflexivo que dislocaba su propia autoridad, pues impedía que su hija lo considerara el mejor del mundo. La reacción de la niña era paradigmática de lo que sería su personalidad: se da vuelta al confirmar sus sospechas con una expresión enojada que reemplaza la dulzura que la dominaba al comienzo. En la siguiente semana, los lectores descubrirán, que esa niña decía malas palabras, tenía expresiones de furia y actitudes que desentonaban con la suavidad que supuestamente debía emanar de una pequeñita de condición femenina. El recurso humorístico requería, por su parte, la capacidad de los lectores de establecer empatía con la situación. En estas primeras tiras, entonces, las cartas quedaron colocadas sobre la mesa: Mafalda condensaba dos tensiones, generacionales y de género, sobre las que Quino desarrollará su humor en los años siguientes.