MADRES E HIJAS

Relatos de varias escritoras que tienen como tema la relación madre-hija.

Es una antología de relatos breves editada en 1996 por Laura Freixas en la que participaron escritoras consagradas españolas , solo Peri Rossi nacida en Montevideo y otras más noveles: Rosa Chacel, Carmen Laforet, Carmen Martín Gaite, Ana M. Matute, Josefina Aldecoa, Esther Tusquet, Cristina Peri Rossi ( Montevideo 1941), Ana M. Moix, Soledad Puértolas, Clara Sánchez, Paloma Díaz- Más, Mercedes Soriano o Almudenas Grandes y Luisa Castro. Todos los relatos tratan el tema de las relaciones entre madres e hijas, la mayoría desde el punto de vista de las hijas. Chino a Mingome de Rosa Chacel,tiene una estructura muy enredada y metafórica y está narrado desde un punto de vista varonil. Cari junto a la ventana, de Clara Sánchez, también está narrado desde la mirada de un chico. Cuenta la relación claustrofobia entre una madre y su hija a la que no deja cortar el cordón umbilical, y por tanto el amor entre los jóvenes se malogra. Hay dos relatos escritos desde el punto de vista de la madre: Al colegio, de Carmen Laforet, precioso y con una prosa llana y sencilla, pero llena de ternura. La niña sin alas, de Paloma Díaz- Mas es un cuento fantástico y muy simbólico sobre los hijos diferentes, en este caso porque la niña no tiene alas cuando los demás niños sí las tienen. Otros como De su ventana a la mía, de Carmen Martín Gaite rememoran recuerdos y vivencia de una la hija ya adulta que se identifica con la figura materna. Igual ocurre con Espejismos, de Josefina Aldecoa, en este caso madre e hija terminan por comprender que han cedido demasiado en pro de sus maridos. Hay relatos despiadados en contra de la madre como son: La hija predilecta, de soledad Puértolas, que narra la sensación de culpabilidad que tiene una hija por no haber querido asumir la obligación de cuidar a la madre por ser la hija pequeña y no tener marido ni hijos. La buena hija de Almudena Grandes narra la relación de una señora burguesa de la posguerra que dejabana los hijos con las tatas y cuando se hace vieja la hija termina por abandonarla porque no la aguanta. Carta a la madre de Esther Tusquet es también un relato despiadado sobe una madre con una personalidad arrolladora que sin darse cuenta ningunea tanto al marido como a los hijos. Ella se fue, de Mercedes Soriano cuenta los sentimientos de una madre cuando la hija se independiza, pero en este caso tiene una prosa con una estructura densa y párrafos largos y a veces farragosa con referencias a sociedad de la llamada movida madrileña. La ronda de noche, de Ana M. Moix es un relato difícil de comprender, es una metáfora sobre una hija que ve desde una esquina la vida pérdida de su madre como si se tratase de un desdoblamiento con la de ella misma. Mi madre desde la ventana, de rosa Castro es una narración sobre una familia que construye un garaje ilegal en la parte trasera de un espacio vecinal común. La madre nunca lo aprueba como tampoco que su hija tenga conductas injustas por eso nunca la defiende. Cuaderno para cuentas, de Ana M.Matute es es el más largo y cuenta en primera persona la historia de una niña fruto de la relación entre un amo y su joven sirvienta. La niña vuelve a la casa paterna después de que su tía, con la que ha vivido la infancia, muera. Entonces va descubriendo poco a poco su identidad y cuando comprende que el padre estorba para los propósitos de su madre comete un acto delictivo. Refleja muy bien la sociedad caciquista de la posguerra española. Primer amor, de Cristina Peri Rossi, es un relato delicioso en el que una hija tiene tan idealizada a su madre que quiere casarse con ella. En él la niña arremete contra las normas sociales la mayoría de las veces incongruentes para el punto de vista infantil.