Narrada en una descarnada primera persona, A un lado del océano, una madre con cáncer. Al otro, una hija buscando su lugar, su identidad, su libertad imposible. Madre mía No hay pudor en esta historia, no hay respiro. La afilada voz literaria de la autora se mezcla en un arriesgado viaje con las múltiples voces de una conciencia sarcástica y necesaria y los diversos escenarios de las ciudades de acogida, y construye así un retrato implacable: por muy limpia que esté la herida, no se puede huir de la raíz. Madre mía