LOVECRAFT: LA ANTOLOGIA

La verdad.... No me gustó para nada, tenía otras expectativas. Me costó horrores terminarlo, algunos cuentos siento que daba vueltas para no terminar en nada. Definitivamente Lovecraft no es para mí.

Volver a Lovecraft nunca está de más. He de reconocer que he llegado a hastiar al escritor de Providence no tanto por su obra sino por el boom que su obra derivada ha copado todos los ámbitos de la sociedad, especialmente en la cultura de los juegos y merchandising. Y eso que yo precisamente me inicié en Lovecraft precisamente por el juego de rol de La Llamada de Cthulhu hace 26 años. Ahora las editoriales de juegos de mesa exprimen hasta la saciedad el tema y la figura de Lovecraft, incluso sacando de contexto toda la obra oprimente de Lovecraft y su círculo. No solo en el ámbito de juegos. Novelas, pastiches, cómics, cortos, cine... Los Mitos de Cthulhu, el Necronomicón, Nyarlathotep, Arkham, Innsmouth, Dunwich, Yog-Sothoth, las Tierras del Sueño, Randolph Carter... ya todos estos conceptos e ideas originales de Lovecraft han pasado al imaginario de la cultura popular. Y es precisamente este libro el que nos devuelve al origen. A la figura y biografía de una persona solitaria, con dificultades para relacionarse en persona con la gente pero que a su vez escribió casi 100.000 cartas en su vida. Una persona que no valoraba lo suficiente su obra, muy exigente consigo misma y con serias contradicciones políticas y morales que fueron evolucionando en su corta vida. La obra de Teodoro Gómez hace un repaso ameno por su vida, por sus influencias, su estilo y su obra. Es quizá un libro para consultar una vez leído al autor, ya que mucha de la información que contiene muestra muchas partes de las tramas de sus relatos. Y es perfectamente complementaria a los textos de Rafael Llopis y Francisco Torres Oliver que podemos encontrar en los libros publicados por Alianza Editorial. Pero sin duda, lo que más llama la atención de este libro son las geniales ilustraciones de Lluisot que ameniza los textos de Gómez con su estilo recargado a la vez que hace un uso magistral de la línea clara. No solo eso, sino que dedica casi 50 páginas del libro íntegramente a hacer una versión genial del Necronomicón, con ilustraciones dementes, que entremezcla imágenes de catálogo de botánica o biología con caricaturas o trazos imposibles. Esas páginas incluyen también textos en una caligrafía de difícil lectura pero que da un aspecto general muy interesante. Como única pega a esta obra solo le pondría que el último capítulo dedicado a Lovecraft en otros ámbitos como en el cine, cómics, juegos y asociaciones se queda muuuuuy corto. Cierto es que el libro es del 2006 y ha llovido mucho. Pero que hablen de la asociación Los Diletantes de Lovecraft de Madrid y no mencionen a La Logia del Tentáculo, con miembros de habla hispana en muchos países del mundo me ha tocado la fibra... ¡Ains! Digo... ¡Ïa!