Los vagabundos del Dharma elevó a kerouac a representante esencial del resurgir de una espiritualidad que también era un nuevo modo de relacionarse entre los seres humanos y que hoy, cuando se imponen las realidades virtuales y las rutas cibernéticas, supone un soplo de aire puro y un impulso hacia otros mundos igual de poco sustanciales, pero donde los sentimientos adquieren proporciones insólitas.
Este es un libro de esos que me dejó sorprendido, no esperaba tanto de él, más todo lo contrario, es un libro lleno de sabiduría de principio a fin. Da gusto compartir todo lo que va conociendo y aprendiendo Ray a lo largo de sus viajes, montañas, campamentos, vinos, quisiera estar junto a él y Japhy, gran persona, todo un sabio. Esa forma de encarar la vida es todo un arte. Lleno de filosofía, este libro me hizo recordar muchos preceptos que estaba olvidando por el ejercicio diario de la vida. Estoy seguro que quien lo lea, terminará con un gusto a armonía, cosa muy escasa últimamente en nuestros amados libros
NO DEJEN DE LEERLO. Fue el primer libro que leí de Kerouac y 30 años más tarde sigo repitiendo y dando la lata a mis amistades con una frase que hoy quiero compartir con ustedes : " Yo de mayor quiero ser vagabundo del Dharma" no se si lo conseguiré pero ahí vamos. .
El libro más espiritual de Kerouac, donde su vida personal y pensamientos se ven inmersas en una caravana de analogías en torno al budismo y su estilo de vida, filosofía y hábitos. Para quienes no han leído algo sobre el autor es recomendado leer primeramente "En el camino", seguido de "La Vanidad de los Duluoz" y finalmente "Y los hipopótamos se hundieron en sus tanques".
O escribía en tardes aburridas cuándo ni el budismo ni la poesía ni el vino ni la soledad ni el baloncesto conseguían dominar mi perezosa pero inquieta carne: «Nada que hacer, ¡oh vaya! Prácticamente sólo tristeza »
Después de todo, un hombre sin hogar tiene derecho a llorar, pues todas las cosas del mundo se levantan contra él.
Practica la caridad sin tener en la mente idea alguna acerca de la caridad, pues la caridad, después de todo, sólo es una palabra.