LOS SUBTERRANEOS

Todo lo frenético que tenía el bop -un particular estilo de jazz- Kerouac logra plasmarlo en este libro. Lleva un estilo libre, casi improvisado. Y se nota a largo de cada página. Si bien la novela es corta, no da lugar para respirar. Tiene un aire triste y solitario. Como si se tratara de un músico sin trabajo. O de un escritor perdido. Ah, eso es.

Kerouac, esta vez le da lugar al amor para contar una historia muy adentrado en esa generación beat que ya nos cautivó en “En el camino”, ahora es algo más (o no) que un vagabundo, ha escrito un libro y cobra regalías por el mismo, mientras sigue escribiendo pero ya con cierto reconocimiento del ambiente literario. Las noches de Bop, amigos, colegas, alcohol y viajes delirantes se mantienen y disputan esta vez un match importante con el amor. Pero Leo Percepied (nombre que usa Kerouac para esta novela), no es algo que sepa llevar o vivir, sigue siendo irresponsable, marginal, egocéntrico y descarnadamente poco sensible a los otros, para agregarle complejidad a esta historia de noches y amor, quien lo lleva a cuestionarse su vida y cómo el amor es parte de la misma, es una mujer morena muy hipster, e independiente. Cambio de recorrido, pero este viaje también vale la pena sentirlo y seguir enamorándose de las noches de jazz californianas (aunque podrían ser newyorkinas).