LOS ROMANOV 1613 - 1918

22/2021 LOS ROMANOV La Historia de los Románov es inabarcable. Montefiore ha hecho lo más difícil, narrarla entera, escribir una crónica perfectamente hilvanada. Obviamente, faltan matices... Aunque parezca mentira por la dimensión de la novela, estamos ante un resumen de lo que significó la dinastía que construyó un gran imperio. Los Románov llegaron con sangre y desaparecieron con sangre. Es una Historia trágica, plagada de guerras, crueldades y secretos de alcoba. Se introdujeron en la Corte de Iván el Terrible tras un concurso de novias convocado por el zar para encontrar esposa. Quinientas doncellas se presentaron en Palacio( nada más y nada menos 500). El zar eligió a Anastasia Románova, tía abuela del primer Románov. Iván el Terrible tuvo siete esposas más. Envenenó a tres y probablemente ordenó matar a otras cuantas. No fue el caso de Anastasia, que falleció en 1560. Iván sospechó que la envenenaron algunos nobles de su corte hostiles a su política de alianzas (Montefiore explica que el análisis de su cadáver, ya en el siglo XX, reveló elevados niveles de mercurio). El caso es que Iván perdió los estribos. Arrasó ciudades y la emprendió con sus ministros sospechosos. Años más tarde, distintos herederos lucharon ferozmente por el trono. Mongoles, tártaros, cosacos... Suecos, polacos... Medio siglo de guerras civiles y entre naciones, conquistas y alianzas rotas hasta la coronación de Miguel I, nieto de un hermano monje de Anastasia que compitió y se enfrentó incluso a falsos herederos, los Falsos Dimitri. Hubo tres, a cual más sanguinario. Esta breve digresión nos permite reforzar la tesis inicial. El crisol de nombres en un ambiente de conspiración perpetua convierte en imposible la tarea de desmenuzar la Historia de los Románov. Montefiore nos facilita la tarea ofreciéndonos un reparto al comienzo de cada capítulo. Aun así, es fácil perderse en este desfile de nombres. La narración es trepidante, los personajes -sinuosos, malvados, excepcionales- se suceden en un escenario al tiempo encantado y tétrico. La Corte de los zares está endemoniada. No nos sorprende su final. Aunque nosotros como lectores lo suframos como una de las más despiadadas muestras de brutalidad y revanchismo. Esos bolcheviques borrachos que se ensañaron con toda la familia.(Tanto alcohol por las venas....) El libro es fascinante. El lujo y la grandeza de los zares les dota de un áurea cuasi divina cuya impronta se manifiesta en un pueblo menesteroso, servil, hechizado y finalmente lleno de odio. El relato adquiere pausa a medida que nos adentramos en los siglos del esplendor. Montefiore pone a Rusia en el mundo. No es asunto menor. Tantas veces despachamos como menor el “factor Rusia” 🇷🇺en los análisis históricos de la contemporaneidad. Consciente de ello, de la creciente influencia de la Gran Rusia soñada por Putin, el autor nos advierte de su importancia geoestratégica. Y recalca la tesis que planea a lo largo de toda la obra: Rusia no sabe vivir sin zares.📖🇷🇺

Me siento bastante insignificante con respecto a Simon Montefiore como podréis comprender, porque soy una aficionadilla de la dinastía Romanov y mucho tiene que ver la película animada de Anastasia, y por muchos documentales biográficos y series inspiradas en esta famosa dinastía que me haya visto, esta novela/ensayo biográfico es sumamente completa. El autor se ha documentado hasta el más mínimo detalle (en las primeras páginas se nos detalla cómo llevó a cabo esa investigación exhaustiva), haciendo de este libro un compendio indispensable para cualquier amante de la Historia en general, de la rusa en particular. Está dividido en tres actos que corresponden a una etapa diferente de la dinastía Romanov, más o menos cada uno abarca un siglo de historia. Cada acto, a su vez está dividido en escenas, que cada una corresponde al periodo de reinado de un zar o zarina. Un punto muy importante de las escenas es que al inicio de cada una aparece una guía sobre los personajes que van a aparecer en el periodo que se va a relatar, tanto de miembros de la realeza rusa, ministros y reyes o militares en general relevantes en Rusia pero provenientes de otros países. Resulta muy útil consultarlo cuando todos empiezan a llamarse Alexandróvich o Pedro, y ya te cuesta diferenciar quién es quién. Tengo que decir que, a pesar de su densidad, tiene un formato más de novela que de ensayo biográfico debido a la inclusión de pequeños diálogos que ayudan a recrear mucho mejor las situaciones y, por tanto no se hace lento o aburrido. Además, los Románov en general no son nada aburridos, realmente es una dinastía fascinante que dio lugar a personajes diversos y en la que nos encontramos de todo, desde zarinas adelantadas a su época y con poder para hacerse notar incluso sin haber nacido dentro de la realeza, como las dos Catalinas, hasta zares tan dispares en sus personalidades como en sus formas de gobernar, desde Alejandro I quien derrotó a Napoleón hasta Pedro el Grande o el aniñado Nicolás II. Se describe tan a la perfección el significado de esta gran saga en general que no te cuesta adentrarte en la grandeza y la crueldad trágica de esta familia, tanto desde dentro como desde fuera por cómo terminaron. Hicieron ellos tanto daño como el que recibieron finalmente. Y es que los paralelismos son inevitables: el primer zarévich, Mijaíl I, era un muchacho enfermizo, de manera similar al último, Alexéi. Los Románov surgieron de un escenario espantoso, tal y como terminaron. Incluso se podrían hacer similitudes entre los 300 años de dinastía zarista y la actualidad rusa, para la cual el autor también se refiere en el epílogo. Por último, tengo que mencionar, por si fuera poca toda la documentación, la fantástica recopilación de retratos y fotografías que viene al final de todos y cada uno de los miembros de la realeza rusa y demás personajes relevantes en esta historia.

Un libro muy bien documentado y -aunque contenga un millón de nombres que es imposible recordar y distinguir- de muy fácil lectura que nos hace recordar que los Románov fueron una dinastía excepcional, en todo momento. La memoria de la gente es mezquina cuando solo recuerda al megalómano Pedro el Grande, a la fantástica Catalina II (que no era rusa sino alemana y que la leyenda dice inspiró a Miranda para crear la bandera de la Gran Colombia -aunque nada de esto se dice en el libro, ni siquiera se menciona al precursor caraqueño) o al trágico Nicolás II y su familia. Pero Alejandro I venció a Napoleón y con su ejército llegó hasta París y Alejandro II fue un hombre adelantado a su tiempo (en Rusia) que liberó a los siervos e intentó modernizar el régimen político de su imperio. Son grandes personajes que no suelen ser recordados, salvo cuando leemos La Guerra y la Paz o cuando admiramos la iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada en San Petersburgo.

Un libro apasionante sobre la legendaria saga familiar que reinó en Rusia durante tres siglos. El autor, como suelen hacer los buenos historiadores o divulgadores de historia, consigue que el libro se lea casi como una novela y no aburra o deje de interesar en ningún momento. Ciertamente resulta terrible todo lo ocurrido en ese país a lo largo de los siglos y el grado de salvajismo y crueldad que se alcanzó, que creo supera al que han sufrido otras naciones. Solo así se pueden explicar tiranos sanguinarios de la Rusia moderna como Stalin o esa especie de Zar actual que es el siniestro Putín. En definitiva, muy recomendable.

Una historia fascinante, que siempre me había generado mucha curiosidad y siempre había querido saber más. Ahora que sé lo que quería, estoy plenamente satisfecha. El autor nos narra esta pesada historia de 304 años de una forma muy ligera, aunque no crean, se tarda en leer; se necesita compromiso ya que llega a ser agobiante en algunas partes. De hecho esto era lo que me impulsaba a ponerle 4.5 pero realmente la forma en la que narró todo el final, los detalles, como se me oprimió el corazón; me hicieron decidirme por las 5 estrellas. Se lo merece. Realmente nos cuentan, no sólo las cosas políticas, sino las personales y eso me encanta porque siempre es interesante ver lo que hay detrás de un monarca. Finalmente, quiero decir que, no es un libro para todos, si no te gusta la historia, si no te interesa, si no tienes unos conocimientos básicos de ciencias políticas y de algunos hechos mundiales; no lo vas a disfrutar, así que ahórrate el trago. Pero por el contrario, si eres un ratón de biblioteca, con alma curiosa y ansias de saber más ( y una fascinación por las monarquías no sobra), como yo; seguro que este libro te va a llenar, aunque pueda agobiarte a veces. Para finalizar, cierro mi pequeña reseña con dos frases que me han gustado del final: "Por fin, los Romanov Jan podido reunirse de nuevo." "Los Romanov han desaparecido, pero los apuros de la autocracia rusa siguen vivos."

Los Romanov gobernaron Rusia como zares y emperadores durante trescientos años. A través de la fuerza implacable de grandes personalidades, esta familia de brillantes autócratas transformaron un reino débil y arruinado por la guerra civil en un imperio que dominó Europa. Pedro el Grande, tirano y reformador político, y Catalina la Grande, la apasionada princesa alemana que derrocó a su propio marido para convertirse en una de las estadistas más celebres de la época de oro forman parte de la leyenda. La novela de Simon Sebag Montefiore reconstruye los más grandes y oscuros momentos del imperio ruso, donde los autócratas y sus pequeñas camarillas han dominado la historia de Rusia, desde el primer zar Romanov en 1613, a través de la magnificencia de Pedro y Catalina y el torpe declive de Nicolás II, de los zares rojos -Lenin y Stalin en el siglo XX- y la presidencia autoritaria de Putin en el siglo XXI (...) Sigue leyendo nuestra crítica aquí: https://plumagulunga1.blogspot.com/2021/05/los-romanov-simon-sebag-montefiore.html