LOS NIÑOS QUE YA NO SONRIEN

Una magnífica novela que no es otra cosa que un puzzle, en palabra de una buena amiga, que al final encaja a la perfección. Es una novela dura, sombría, sórdida, agobiante a veces, pero es una novela que refleja con cruel fidelidad la realidad que nos rodea y tantas veces nuestros ojos se niegan a ver. Es un libro escrito con sorprendente oficio para tratarse de un autor novel. Un autor con se buscaba las habichuelas con unas labores tan alejadas de ese mundo de la literatura que incrementa cualquier mérito digno de destacar. Su lectura requiere un esfuerzo de concentración para no perderse en los oscuros vericuetos de su trama, llena de inesperadas sorpresas, de imprevisibles giros, que nos mantienen en un vilo constante.