En su prólogo a Los miserables, Victor Hugo denunció explícitamente la tesis que lo había inspirado: revelar la 'condenación social', producto de las leyes y costumbres, y bosquejar un cuadro de los tres grandes problemas del pueblo: 'la degradación del hombre por el proletariado, la decadencia de la mujer por el hambre, y la atrofia del niño por la ignorancia'. Y concluye: 'mientras haya en la tierra ignorancia y miseria, libros como éste podrán no ser inútiles'.