LOS LIVING

Me aburrió. Denso, demasiado largo, una prosa excesivamente manierista, verborrágica. Sin embargo el autor tiene esa chispa, esa capacidad de tirarte alguna verdad en la cara con las palabras justas. Pero puedo contar tres o cuatro momentos de esos en más de 400 páginas. Tendré que probar leer algún otro libro del autor. Éste no lo recomendaría.

Primera novela de ficción del prolífico articulista y excelente cronista de la realidad circundante Martín Caparrós. En esta obra el autor argentino mantiene el tono áspero, directo y sarcástico de su escritura pero funciona solo a ratos, lastrado por una densidad narrativa en la cual la primera persona le hace perder gancho. Y ello, a pesar del interés del tema tratado, la muerte en sus múltiples variantes y como catalizador de los miedos y esperanzas del ser humano. Cuenta la evolución vital de Nito, un joven marcado por la ausencia de un padre del que desconoce su paradero y la causa de su desaparición. Irá descubriendo su propia identidad, a golpe de conflicto con su madre, con el novio de ésta y con sus compañeros de clase. Tras revelar el enigma paterno, y ante su incapacidad por encontrar un porvenir más allá de una pulsión de venganza, conoce a un predicador en horas bajas que le convence de explotar su extraordinario don para persuadir con las palabras al prójimo, y le encomienda la tarea de contar/inventar la muerte de los demás, como un vendedor 'puerta a puerta' de malos augurios. El objetivo es aumentar la masa de fieles, mediante el miedo y la angustia que provoca en sus 'víctimas' escuchar el relato de su propia muerte. Esta narración es intercalada con el diálogo intenso y embriagado con el personaje más atractivo de la novela, Carpanta, un artista de vanguardia incomprendido que ahora gasta sus días y su tabique nasal como gerente de un club nocturno. En estos encuentros pondrán en marcha su descabellado plan artístico-comercial que promete transformar para siempre la relación de sus conciudadanos con la muerte y sus familiares fallecidos. Es de justicia destacar el último capítulo, por su extraordinaria ironía que bien podría funcionar como relato independiente de la obra, como un manifiesto surrealista y escatológico de una sociedad en crisis. Me quedo sin duda con el Caparrós periodista, ya que el Caparrós novelista me produce una sensación agridulce. Sin embargo, siento unas ganas inmensas de hincarle el diente a su nueva novela 'SinFin'. Una paradoja.

La primera parte es interesante, atrapa... después se va diluyendo y se convierte en una novela oscura que se queda a mitad de camino.