Como es sabido, la elaboración teórica junto con el conocimiento de las fuentes son dos pilares sobre los que se asienta el quehacer histórico y su avance. En los últimos años, merced al entusiasmo, laboriosidad y buen hacer de los profesionales de la Historia, ha ido en aumento el desarrollo del primero y de un modo intenso y más preciso el del segundo, que ha contado con el apoyo siempre necesario de los archiveros, bibliotecarios, diplomatistas, paleógrafos y documentalistas, amén de la política de recuperación de patrimonio seguida por las instituciones, como el caso aragonés, siendo necesario destacar en Aragón la creación y posterior desarrollo del Fondo documental Histórico de las Cortes de Aragón.