CARMA Viaja sola como una dama rica que montara a caballo. En su grupa de estrellas golpean decibelios, parecen un lamento de lunas verticales de grandes construcciones. Cuida de los recién nacidos cual si fueran cristales de canicas de dulce. Colma sus juegos y el mundo se detiene. Semáforo de soles, ámbares y naranjas, encandila las almas tristes marcadas en los cuerpos abandonados a su suerte.