LOS DIOSES DE GRECIA

Este es verdaderamente un libro especial al momento de tratar de comprender la esencia de los dioses principales de la mitología griega, en realidad, “Los Dioses de Grecia” junto con la “Teofanía”, libro del mismo autor, son textos señeros en el campo de la mitología y de los estudios clásicos de la antigua Grecia. Otto examina cada figura mitológica desde varias perspectivas, así, recurre a la fenomenología, a la psicología y al psicoanálisis, a la antropología, al comparativismo, a la sociología, a la religión, a la filosofía y se apoya en tantas otras disciplinas más que, poco o nada, se reserva a la hermenéutica o exégesis. Walter Otto parte de la base de la religión antigua, la cual, ve prescindible estudiar a partir de la época arcaica, y, en el campo literario, esa base no la constituye otro bardo sino Homero. De manera que el libro se enfoca en los dioses olímpicos presentados en los colosales poemas épicos del aedo: la Ilíada y la Odisea. Así, el libro comprende un estudio que muy bien podríamos llamar: “hermenéutica de la religión homérica”; por tanto, la religión y la piedad populares, las supervivencias o vestigios religiosos de otros pueblos, los influjos orientales, las viejas supersticiones respecto a los dioses no tienen asidero ninguno para Otto, puesto que considera enfocarse en lo esencial y estrictamente griego, esto, sin embargo, no quiere decir que no ponga en un diálogo franco, todos los elementos que refuta con su tesis y particular punto de vista. Ciertamente, Otto se presenta, en muchos puntos, como un rebelde de los estudios clásicos: hecha por tierra muchos de los presupuestos y especulaciones que se señalaban en su época (y que, sin embargo, aún persisten sin clara resolución); como la tan discutida y recusada “cuestión homérica”; pero algo que me deslumbró en su momento, fue su aseveración enérgica sobre la negación del antropomorfismo de los dioses, en este particular, proclamaba: “el antropomorfismo consiste en interpretar y representar a los dioses sub specie humana; lo que los griegos hicieron fue más bien ver a los hombres sub specie de dioses, y, en ese sentido, su religión merece el calificativo de teomórfica, mucho más que antropomórfica” esta sentencia, por más extrema que pueda resultarnos, no se le puede negar su coherencia, sobre todo, tomando en cuenta que el ideal del hombre griego era el heroísmo, y a su vez, el ideal del héroe era la apoteosis, es decir, la deificación por medio de las virtudes asimiladas a la de los dioses; nunca se comprendió lo contrario: la asimilación de los dioses a los hombres. ¡Claro está! Todo este planteamiento resulta una completa paradoja, pero que revela la genuina sensibilidad religiosa del autor. Este fue otro libro que busqué como sustento a mis propias investigaciones sobre los dioses griegos y, a medida que me iba internando en su lectura y en los particulares y sagaces puntos de vistas del autor respecto a todo el mundo clásico, simplemente lo amé. Presento este texto como libro favorito, sin embargo, debo confesar que toda la bibliografía del autor me parece super interesante y apasionante, de modo que, diría también que es uno de mis autores favoritos del mundo clásico grecorromano.

El autor nos da a conocer a los principales dioses griegos y nos relata el paso de la antigua mitología griega (la época de los Titanes y los antiguos dioses) a la mitología que todos conocemos (Zeus y los dioses olímpicos) para luego analizar en detalle cómo la cosmovisión griega se plasmó en la Ilíada y la Odisea. Otto hace un detallado análisis de las obras homéricas y de cómo representan la cosmovisión de toda una época, haciendo mucho hincapié en el factor religioso. El libro por momentos es muy abstracto y poético en sus descripciones pero lo recomiendo para aquellos interesados en el tema. Para aquellos que quieran tener un primer pantallazo de la mitología griega les recomendaría que busquen otra obra.