LOS DETECTIVES SALVAJES

Este libro es una genialidad. Imprescindible.

Esta no es una reseña convencional, es la declaración de Juan García Madero que falta en la segunda parte del libro; quise imaginármela así: “Juan García Madero, calle Colima, colonia Condesa, México DF, noviembre de 2666. Soy el último real visceralista. Nuestro movimiento se diluyó en las calles de esta ciudad superpoblada, donde las personas sólo se encuentran por azar o por desgracia. Fue como un destello imperceptible en la marea del tiempo. Nuestra poesía ilusoria, rebelde y libertaria no fue suficiente para salvarnos del fracaso. Cada paso que dimos siguiendo el rastro de Cesárea Tinajero fue un tributo a la locura; nadie como nosotros caminó antes por estos senderos de traición: hicimos literatura desde la marginalidad, desde la derrota vital y el dolor del exilio; nos reímos de las modas y de las vanguardias; nos chingamos al establecimiento, intentamos secuestrar a Octavio Paz y hasta en eso fallamos; nos reímos de los poetas maricas y de los poetas maricones, y hasta de los poetas filenos. Cogimos con todas las mujeres que nos salieron al paso y nuestras tristezas postcoito siempre fueron terribles: no conocimos el amor y tampoco fuimos buenos amantes, el aroma del sexo fue inevitablemente como la niebla del olvido. No éramos otra cosa que una tribu alucinada cruzando los desiertos de Sonora y terminamos en un pueblo de asesinos; allí nos alcanzó el destino con la derrota y la muerte por únicos testigos. Tuvimos que huir. Arturo Belano dejó atrás la violencia y la locura de México, se largó a Europa con lo que llevaba puesto; más tarde se perdió arrastrando su enfermedad bajo la tempestad de la guerra que devoraba el África. Ulises Lima viajó hacia cualquier parte, Guatemala, París, Tel Aviv; le daba lo mismo, iba y venía de un lugar a otro sin sentido, jamás supo lo que buscaba; las drogas y el alcohol, su genialidad o su indiferencia, lo hundieron para siempre en las calles laberínticas del DF. Piel Divina y los demás no lograron eludir nuestra suerte de poetas malditos y condenados: algunos están muertos, a otros simplemente se los cargó el pinche sistema; andarán por ahí circulando como autómatas, igual de jodidos que usted y yo. Sí, todo lo que empieza como comedia acaba como tragedia, o en el mejor de los casos, como película de terror. Aún conservo las libretas de Cesárea Tinajero. Nunca quise publicar esos versos escuálidos y melancólicos. ¿Para qué? Son páginas donde no hay más que soledades y desiertos. Escribo poesía de vez en cuando, invariablemente quemo mis poemas o los tiro a la basura. Es una forma de recordar la vida y hechos de los detectives salvajes, es mi forma de irme con ellos al carajo. No en vano soy el último real visceralista que respira todavía sobre la faz de esta podre llamada mundo”. Fragmento de una entrevista mecanografiada, hallada entre los papeles del poeta Juan García Madero, quien apareció muerto por ahorcamiento en su casa de la colonia Condesa en México Distrito Federal, el 9 de noviembre de 2022. Hasta ahora nadie ha podido explicar la verdadera naturaleza de este documento, ni el porqué de la fecha estrafalaria que encabeza el texto.

El itinerario trazado por Bolaño, hace que quienes nos desplazamos por la ciudad de México , inevitablemente veamos sus rincones de forma distinta. Desde la generación Beat no sucedía algo parecido.

Roberto Bolaño esta en otro nivel, nada más que decir

La literatura de Bolaño es diferente; contundente, directa, sexual, surrealista; parece que le surja de las tripas. Muchas microhistorias narradas en primera persona por diversos personajes alimentan la trama principal, como pequeñas calles formarían en conjunto la estructura de un barrio. La plaza mayor, el eje central de ese barrio son los personajes de Ulises Lima y Arturo Belano (¡cómo se parecen los apellidos Belano y Bolaño!), dos poetas precursores del realismo visceral. Da la sensación que las novelas de Bolaño forman un todo lleno de conexiones entre sus volúmenes, con un sentido global; lo difícil es llegar a visualizar y entender todas esas conexiones sin ayudas externas. Una novela que es como un laberinto de calles sin salida, a veces lentas de recorrer, cuyas tristes paredes derrochan fuerza, pesimismo y belleza.

Considero a Roberto Bolaño uno de los mejores escritores latinoamericanos de finales del siglo XX e inicio del XXI. Una novela maravillosa, sorprendente, renovadora. Un estilo único para contar las aventuras de Ulises Lima y Arturo Belano, los cuales salen a la búsqueda de una poetisa del la década del 30, Cesaria Tinarejo, creadora del movimiento poético real visceralista, por el desierto de Sonora. Éste aventura los lleva por diferentes países en distintos continentes. Lo novedoso que la trama se desarrolla a partir de testimonios de las personas con quienes ellos se van cruzando. Una novela y un autor fundamental. Cinco estrellas bien ganadas.

Un buen libro. La primera parte me gustó mucho. Tiene una segunda parte que, al principio y hasta que agarré su ritmo, se me hizo algo pesada. La tercera parte le da sentido a lo anterior. Como decía, me gustó, me pareció una novela original y vanguardista, aunque no llegué a vislumbrar, quizá por propia ignorancia, toda la genialidad del autor y su obra que leí en otras reseñas. Quizá el hecho de no conocer el DF me haya hecho perder parte de esa genialidad. De todas maneras es una buena novela para conocer la obra de este autor Chileno.

Describir esta novela es difícil. En pocas palabras,imposible. Pero al menos puedo decir que en solo dos paginas tiene más contenido que esas novelas planas con personajes planos y relatos predecibles. Me deja la sensación de que todo lo que he leído es basura. Con algunas pocas excepciones, obviamente. Me tarde mucho más de lo usual. No deseaba terminar. Posdata. Debería existir el Nobel póstumo