LOS DECADENTES Y OTROS CUENTOS

ALBEIRO ARCINIEGAS

Calificar:

8,0

1 votos

Sinopsis de LOS DECADENTES Y OTROS CUENTOS

6 reseñas sobre el libro LOS DECADENTES Y OTROS CUENTOS

Los Decadentes y otros cuentos, Reseña 6: La Tregua – Los Decadentes: Me inquieta en estas narraciones sentir la presencia de Juan Rulfo, la caída de los guerrilleros a manos del ejército y la desgracia de los campesinos por obra de los paramilitares, por su tono y sus argumentos que se ocupan de la tragedia del pueblo colombiano, víctima de una guerra civil no declarada, hacen que piense mucho en el Comala de Pedro Páramo y en los personajes oprimidos, vencidos por la vida, que aparecen en El Llano en Llamas, que simbolizan la épica y el sufrimiento de los campesinos mexicanos. En los dos cuentos la trama se construye sobre la barbarie, tanto del estado como de los insurgentes de izquierda y los paramilitares, y deja el recuerdo amargo de los inocentes que padecen el fuego cruzado. Gran sensibilidad la del autor para narrar la decadencia de la sociedad que se hunde en la violencia, dejando cadáveres anónimos donde antes había personas. Santa Elena de Valdivia, el poblado ilusorio y Colombia toda, la real, la cotidiana, se tiñen sin cesar con la sangre de sus hijos, ven a diario cebarse la injusticia en los más desvalidos y sienten cabalgar la muerte en sus campos, como heraldo de los poderosos que buscan repartirse el país. Hay material para reflexionar en los cuentos de Arciniegas, hasta ahora, salvo las excepciones señaladas, sus creaciones se disfrutan sin dificultad, es un buen representante de la narrativa nariñense contemporánea.


Los Decadentes y otros cuentos, Reseña 5: En las oscuras noches cuando el viento muerde las ventanas: es uno de los cuentos preferidos de mis hijos, lo hemos leído varias veces. Es una hermosa versión alterna del Gigante Egoísta de Oscar Wilde. Si de hacer versiones de los cuentos de otros se trata, uno de los maestros es Jorge Luis Borges, véase si no, Historia de los dos que soñaron o El Brujo Postergado, cuyos textos originales pertenecen a las Mil y una noches y al Infante don Juna Manuel; por eso no puedo descartar al argentino, como influencia directa, en cuanto a la forma se refiere, de este bello cuento infantil.


Los Decadentes y otros cuentos, Reseña 4: Solimán: hasta ahora es el mejor relato del libro, formalmente está muy bien construido, de ahí que la trama sea muy atractiva y mantenga el suspense del lector mientras se entera de la tragedia que padecieron los guaqueros en Santa Elena de Valdivia allá por el año 1972. Arciniegas vuelve a utilizar la tradición oral de Pupiales, porque los sucesos del hallazgo durante los años 70 de las piezas arqueológicas de la cultura indígena Miraflores en la vereda del mismo nombre, son los que se cuentan desde la ficción; utilizando como base las historias de los guaqueros que extrajeron el tesoro que hoy está en su mayor parte lejos de la tierra ancestral, en algún museo de la capital, o gracias a ladrones y corruptos, en manos de quienes lo compraron en el mercado negro. El autor expresa a través del relato la nostalgia de ver perdida esta riqueza cultural, de la que se conservan escasas piezas en el museo José Vallejo de nuestra localidad. El espacio literario donde vienen sucediendo los cuentos precedentes, Santa Elena de Valdivia, ha sido llevado aquí a su mejor expresión, dotándolo de elementos históricos que le son propios, de personajes que dan verosimilitud a una colectividad imaginaria (El cura Masapanto, Berenice, Tobías Mera, El Alcalde, Epifanio, etc.), que se puede ver y sentir mientras se lee; esta coherencia intrínseca es lo que más podría destacarse a nivel narrativo. Hay en este texto, un reclamo por los complots de la iglesia y el estado, los prelados ambiciosos y los funcionarios corruptos (personificados en el cura Masapanto y el Alcalde), para tergiversar la realidad y manipularla en su propio beneficio, perjudicando y explotando como parásitos al pueblo incauto. Es una voz que se asquea de los inocentes que se han podrido vivos en las cárceles, de las riquezas de esta tierra que van a aparar a los bolsillos de los más audaces, y del olvido colectivo que permite, en su indolencia, que cosas como éstas sigan ocurriendo en Nariño. La única que no olvida es Berenice, “ella que ha sido su pasado. Desde siempre y para siempre”, testigo mudo de las atrocidades ocurridas en su pueblo, abducida como ha sido, hacia otra dimensión, hacia un espacio metafísico que no es el nuestro, por ese extraño mecanismo que resulta ser la calavera dorada descubierta por el desdichado Tobías. Años después los espejos y las fuentes de agua, que funcionan a imitación de ese mecanismo, como puertas interdimensionales, abstraerán de la realidad a la gente de Santa Elena de Valdivia y la harán desaparecer misteriosamente; es lo que sucederá algún día, cuando Arciniegas publique la Máquina de las Duplicaciones, la novela en la que viene trabajando.


Los Decadentes y otros cuentos, Reseña 3: Enemigo: este cuento no me convence, el tema es la autocomplacencia del autor que se regocija con el vallenato. No digo que éste folklore sea indigno de figurar en la literatura nacional, pero una lista de las canciones e intérpretes favoritos de Arciniegas no me parece material que trascienda. El párrafo dedicado implícitamente a la memoria de Adriana Benítez, líder estudiantil de la Universidad de Nariño, quien fuera asesinada el 14 de octubre de 2000 por las Autodefensas Unidas de Colombia, bajo el mando del Paramilitar Carlos Castaño, es lo único que se salva del olvido.


Los Decadentes y otros cuentos, Reseña 2: Smeels like teen spirit: el título proviene de una canción de Nirvana, banda de grunge que fue muy popular en los años 90, en particular por el estilo de su guitarrista y cantante, Kurt Cobain, un tipo depresivo y adicto a la heroína, que terminó por pegarse un tiro en la cabeza durante la cúspide de su carrera, eso al menos, según la versión oficial. Queda probado que lo del rock no es asunto del dominio del autor, pero su catálogo errático de bandas para la “generación punk”, cumple con el efecto literario de presentar al narrador y a su círculo de amistades como individuos alienados que viven a contravía de los valores generalmente aceptados por la colectividad, rebeldía juvenil que durante la década de los 90 en muchas ciudades y pueblos de Colombia, se exteriorizó por la tendencia de vestir y lucir como las estrellas de rock que circulaban por los mass media. Pupiales, es decir Santa Elena de Valdivia, no fue la excepción, así que en este punto el cuento puede considerarse realista o verosímil. El nombre del bar frecuentado por los jóvenes que protagonizan la acción puede ser una especie de homenaje a la banda de hard rock española “Barón Rojo”. El estilo de Arciniegas en este relato quizá está influido por el movimiento literario Colombiano conocido como el Nadaísmo, lo digo por la forma de vida que se empeñan en llevar los personajes, al margen de las convenciones sociales, con una ética de la destrucción basada en el sexo, el alcohol, la violencia y las drogas; comportamientos que vienen a ser, vistos más a fondo, una expresión de la angustia del ser humano en una estructura estatal y social tan represiva y violenta como la Colombiana, marcada por la falta de equidad, de oportunidades y de condiciones de vida dignas, como consecuencia de la corrupción política, la guerra interna y el narcotráfico. En medio de este panorama, Smeels like teen spirit, el pequeño infierno de sus protagonistas, resulta una consecuencia inevitable. Referencias literarias e intertextualidades hay muchas, algunas expresas, como la inclusión de los versos de las Letanías de Satán de Baudelaire, dentro de la jerga que hablan los “tomegolas”; pero las que más me atraen son las que se esconden en la narración: en particular puedo leer aquí, en esta pandilla, por su culto de la ultraviolencia, una especie de versión latina de los “drugos” de la Naranja Mecánica, la novela distópica de Anthony Burgges, pero aclaro, la serie está en la conducta de los personajes, nada tiene que ver el cuento con la forma y la sustancia de la novela que traigo a colación. La otra serie relevante, tal vez la mejor, está en la trama del cuento, cuya estructura muestra la verdad de los hechos sólo hasta el final, donde resulta que el narrador es el asesino, tal como ya sucediera en Hombre de la Esquina Rosada de Borges; intencional o no, hay una reminiscencia de su estilo.


Los Decadentes y otros cuentos Reseña 1: Como se trata de un autor de mi ciudad, a quien además conozco personalmente, he tratado de leer su obra con mayor detenimiento que la de cualquier otro escritor; así que voy a publicar varias reseñas de los cuentos que considero mejor logrados entre toda su producción literaria: Marisela Escalante: es un relato que combina la prosa ágil con el lenguaje poético, tiene ecos del realismo mágico de García Márquez. En este sentido se revela no sólo la admiración por el maestro, sino además una especie de homenaje a su forma de narrar, lo que veo confirmado en los siguientes aspectos:  A: En el relato suceden acontecimientos maravillosos, el principal, la aparición del espectro de Marisela Escalante luego de ser asesinada por su Abuelo Porfirio Arana de un balazo en la cabeza.  B: La trama del cuento se desarrolla en un poblado imaginario denominado Santa Elena de Valdivia. El espacio geográfico imaginario es un recurso narrativo que ya han utilizado antes Faulkner, Onetti, Rulfo y García Márquez, entre otros. A través de este lugar fantástico y la idiosincrasia de su gente, de pensamiento retrógrado y actitud marcadamente hipócrita, el autor parece dirigir una mirada irónica sobre la realidad del pueblo en el que ha crecido y vivido: Pupiales. Al leer la geografía de Santa Elena de Valdivia, es inevitable pensar en los paisajes del sur de Nariño y en la disposición arquitectónica de sus pueblos centenarios. Prueba de un accidente geográfico traído de la realidad es el llamado “Filón de Urbina”, que recuerda al agreste cañón del río Guáitara. Las calles y lugares públicos que se abordan me hacen pensar en los pueblos nariñenses de los años noventa. El relato de la aparición del espectro de Marisela Escalante a lomos de su corcel lleno de luna quizá haya sido tomado de la oralidad sureña, rica en historias de apariciones y fantasmas, trae a la memoria los relatos de los abuelos sentados con su familia entorno de un fogón de leña, experiencia que muchos pudimos vivir y que forma parte de nuestra cultura más íntima. Todo el cuento es un recuerdo del narrador omnisciente, que utiliza a veces la tercera persona y en ocasiones la primera, pero toma distancia de los hechos que cuenta, porque se refiere a la “época de los desplazados por la violencia” en pasado, como si fuera algo ya superado. Aquí es interesante ver cómo penetra la realidad violenta del país en la ficción de Arciniegas, el cuento deja un testimonio de fenómenos sociopolíticos que han sido de común ocurrencia en Colombia durante los últimos setenta años: “Rostros macilentos. De esperanzas muertas. La carroña humeante que brotaba desde el vientre mismo de la guerra.” Lo pintoresco: Es muy curiosa esta Santa Elena de Valdivia, creada y ambientada en la región andina, un pueblo del Sur,donde lo que se escucha es la música del caribe.