El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los españoles -guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares- a lo largo del agitado siglo XIX. Los Cien Mil Hijos de San Luis es la expresión irónica y popular con que fue designado el ejército francés que, a las órdenes del duque de Angulema, invadió España en 1823 para imponer nuevamente, tras el llamado trienio constitucional, el régimen absolutista. Engarzado con la peripecia novelesca, presenciamos el inexorable avance de esta fuerza que acabó con la Constitución gaditana de 1812 en el mismo lugar donde ésta vio la luz.
He vuelto a mis episodios nacionales. Sigo con los avatares de Salvador y Jenara debatiendo y sosteniendo su amor entre los constantes vaivenes, las incesantes alternancias del péndulo oscilante entre liberalismo y absolutismo, entre los partidarios de una forma de ser gobernados o de otra, lo que siempre ha tenido en permanente “guerra civil” nuestro país. Como es habitual en Pérez Galdós, cada episodio finaliza en una puerta que se entreabre sumiéndote en la irresistible incógnita del qué te aguardará en esa sala que ahora se abre de par en par.
Como no podía ser de otra manera, los ultramontanos de siempre, liderados por el deleznable Fernando VII, no paran de intrigar para la restauración del absolutismo, que lleva tres años desbancando del poder por los liberales. Con la ayuda del rey francés y su envío de cien mil soldados, los liberales tienen que huir a Cadiz como su último refugio. Buen libro que engancha a seguir con los Episodios