«Lo que ellos no saben es que ninguna mujer es realmente bruta; nos hacemos las brutas, que es muy distinto.» Este libro contiene toda una caja de sorpresas. Además de ser profundamente divertido, nos hace reflexionar sobre los temas que hoy preocupan a las mujeres y, al parecer, también a los hombres: la utilidad del matrimonio, la vigencia de la guerra entre los sexos, el machismo por conveniencia y muchos otros asuntos, abordados todos ellos con ingenio y hondura.
Un libro entretenido para leer una sola vez, ya que suele volverse algo monótono y repetitivo, con algunos apuntes que me hicieron reír donde la autora hace un paralelo entre la mujeres que desean casarse sin morir en el intento de mantenerse en ese proceso haciendo las brutas y las que desean su independencia total. Personalmente reconozco que soy una soltera independiente feliz y que algunas veces me ha servido hacerme la bruta con mucha inteligencia.
El Ken además es un vaciado, porque todo es de la Barbie. La casa, el carro, la moto y la piscina son de la Barbie de todo. Pero ahí si estoy de acuerdo: que todo sea de la Barbie, porque al final todo termina siendo de una. Por eso amo a la Barbie divorciada!
Lo que nos gusta del feminismo es la libertad de escoger, de decidir, de hacer lo que consideremos correcto sin tener que doblegarnos ante ellos, sin tener que pedir permiso siquiera.