Un doble de Mao que se queda sin empleo, un joven que vuelve a China y encuentra a su madre convertida en ferviente católica, o un anciano que pasa las horas hablando en chino con una señora iraní que no entiende una palabra, pero que siempre le sonríe… Situaciones cotidianas que expresan un doloroso extrañamiento de la realidad, una pérdida de toda referencia, y que nos muestran el futuro como algo incomprensible e inquietante.