LOS BESOS DE LENIN

Buenavida es una aldea paradisiaca en la high sierra de China, en las montañas Baduo capitaneada por una anciana que alguna vez perteneció al ejército rojo de nombre Mao Zhi que quedó lisiada y vive junto a su hija, también lisiada, que a su vez tiene hijas enanas y una de ellas ciega, porque Buenavida es una comunidad de gente lisiada e inválida: ciegos, sordos, mudos, cojos, mancos, con polio; que un buen día a instancias del jefe de la comarca de nombre Liu Yingque forman una suerte de circo de lisiados, porque a pesar, o por ser inválidos, han desarrollado habilidades especiales que son en muchos casos extraordinarias y que salen de gira por China con la finalidad de recaudar fondos para que el jefe Liu Yingque pueda comprar el cadáver de Lenin del que la ex URSS, es decir la federación Rusa, y ya bajo el mando de Boris Yeltsin en 1998, quería cremar, además de fundar un museo mausoleo en las alturas más allá de Buenavida donde supuestamente llegarían miles de turistas chinos, y de otras partes del mundo, a contemplar en cadáver de marras y el dinero que dejarían traería riqueza y prosperidad a la región. Al final la quimera de la compra del cadáver de Lenin a Rusia queda en solo un sueño de grandeza donde el gran perdedor es el jefe Liu Yingque de quien Yan narra una existencia de desdichas y soledades. La novela está compuesta por quince libros y cada libro en capítulos numerados solo con impares, en donde cada capítulo, contiene notas explicativas e históricas que se leen al final de cada capítulo, al margen de ser libro físico o electrónico. Es especialmente conmovedor el capítulo correspondiente a una gran hambruna en china a finales de la década de los años 1950 y otro capítulo donde en una gran ciudad, Mao Zhi es seguida por una jauría de perros callejeros, todos inválidos y enfermos, que ella adopta y se lleva a Buenavida, jauría que finalmente acompaña su cadáver hasta su tumba como un cortejo de los seres más desvalidos y miserables de este extraño planeta. Yan Lianke narra su novela desde lo real maravilloso, y se puede comparar la aldea de Buenavida con el Macondo de García Márquez o la Santa María de Onetti (Yan es un gran lector de literatura latinoamericana), o con el Yoknapatawpha de Faulkner, territorio de castas, mitos, racismos y leyendas. Los besos de Lenin está narrada con una prosa lírica y poética que no juzga y solo muestra y exhibe con un muy eficiente e invisible narrador omnisciente, que se interna en la historia de China mediante flahsbacks y ofrece una aguda crítica a la revolución maoísta, y sus resultados, y el nuevo y brutal capitalismo chino. Yan Lianke tiene una extensa obra, la cual estoy en vías de conseguir para continuar adentrándome en el universo de este extraordinario narrador.