Es el 1832 y el Garona desembarca en Africa para cambiar mercancías por esclavos. El capitán del barco está harto de esa tarea, pese a que le viene bien el dinero. Además su mano derecha, Parry, no tiene ningún problema, excepto que está pensando en un rubro más redituable: la piratería pura y dura. Pero mientras tanto, el tráfico de gente está bien.