LORES Y DAMAS

"—Yo no he dicho nada —replicó Tata Ogg con dulzura. — ¡Ya sé que no has dicho nada! ¡He podido oír cómo no decías nada ! ¡Tienes los silencios más ruidosos que he oído jamás en alguien que no estuviera muerto!"

"—Bien, supongo que no hay ningún señor Ogg —dijo finalmente. —Oh, sí que hay un señor Ogg —dijo Tata—. Lo enterramos hace años. Bueno , tuvimos que hacerlo. Se había muerto."

"—Pero las colinas están infestadas de elfos —dijo Tata—. Es una ración doble de infierno con diablos extra. Una muerte segura. —Como todas las muertes, en cualquier caso —dijo Ridcully—. Eso es lo que tiene la Muerte: la certeza.

"Dejó caer la silla. Estaba temblando. Pero seguía viva, y la sensación resultaba muy agradable. Eso era lo bueno de estar vivo. Estás vivo para disfrutarlo."

"— Jason no te lo habría contado. Si me lo dijo fue únicamente porque yo habría convertido su vida en un infierno si no me lo hubiera contado —dijo Tata—. Para eso están las madres, ¿no?"

"¿Pegarle un tiro al dictador y evitar la guerra? Pero el dictador no es más que la punta de toda esa llaga infectada llena de pus social de la cual emergen los dictadores, y si le pegas un tiro a uno enseguida tendrás otro."

"—Huir no sirve de nada. —Será más útil que quedarse aquí.—Si me fuera, nunca me lo perdonaría. —Y yo nunca te perdonaría si te quedaras, y tengo más experiencia que tú en no perdonar —dijo Yaya—."

"—Y ahora voy a circular un poco, porque no quiero que la gente hable y arruine tu reputación —dijo besándole la mano. Tata se quedó boquiabierta. Nadie le había besado la mano antes, tampoco, y por cierto nadie, empezando por ella misma, se había preocupado por su reputación.

"—Nuestras estrellas están entrelazadas —dijo Casavieja—.El destino nos ha hecho el uno para el otro. Anhelo su cuerpo, señora Ogg. —Todavía no he acabado de utilizarlo."

—De todas maneras tiene razón —dijo Tejedor—. Si vamos a hacer el ridículo de esa manera, no quiero que nadie me vea hasta que sepamos hacer el ridículo como es debido.

¡Había un olor. No era desagradable. De hecho, apenas era nada. Era el olor del aire en viejas habitaciones olvidadas. Si los siglos pudieran oler, entonces los más viejos olerían así."

Los cementerios están llenos de gente que fue más valiente que sensata.

Te llamas diosa señora, y no sabes nada. Nada. Lo que no muere no puede vivir. Lo que no vive no puede cambiar. Lo que no cambia no puede aprender. La criatura más diminuta que muere en la hierba sabe más que tú.